
Astenia primaveral. ¿Qué es y por qué se produce?
Publicado: 6 abril, 2020 - Actualizado: 25 agosto, 2020 | 6'
La despedida del invierno y la llegada de la primavera con el cambio horario y el aumento de temperatura, puede afectar a nuestro organismo. La astenia primaveral es el nombre que recibe el trastorno temporal que pueden sufrir algunas personas y aparece con síntomas como la tristeza, la pérdida del apetito o la fatiga. Esto ocurre porque nuestro reloj biológico ha de adaptarse a la nueva climatología y ello nos resta energía.
Los datos de incidencia revelan que ocurre en edades entre 20-50 años, y es más frecuente en mujeres que en hombres.
Este fenómeno también puede darse en otoño con síntomas similares, derivado del cambio al horario de invierno y, con él, la reducción de las horas de luz, dejando atrás el buen clima y dando paso al frío.
Síntomas de la astenia primaveral más comunes
Aunque la sensación generalizada principal de la astenia es el cansancio o fatiga, puede presentar otros síntomas como:
- Irritabilidad o cambios de humor.
- Falta de apetito.
- Somnolencia diurna, aturdimiento o falta de energía.
- Tristeza sin causa aparente.
- Disminución de la libido.
- Dificultad de concentración.
- Dolor de cabeza.
¿Cuánto tiempo dura la astenia primaveral?
Los expertos no valoran la astenia primaveral como un cuadro clínico, sino que tiene un carácter estacional. En eso estamos de acuerdo ya que muchas personas, cuando llegan los cambios de estación, comienzan a padecer malestar físico y emocional. Estas alteraciones pueden llegar a afectar a las relaciones interpersonales y a la rutina diaria.
Pero no hay por qué preocuparse, esta sintomatología es siempre leve y no suele durar más de tres semanas.
Causas de la astenia primaveral, ¿por qué se produce?
La astenia primaveral tiene su origen en el hipotálamo, una glándula situada en el cerebro que regula, entre otras cosas, la temperatura, la sed, el apetito, el sueño y la vigilia. Esta glándula se altera con el cambio de tiempo, por lo que se ve afectada con la llegada de una nueva estación.
Más que un trastorno psicopatológico se trataría de un trastorno temporal, físico y mental, relacionado con el cambio horario con más horas de luz al día y el aumento de temperatura. Además, también se producen cambios en la humedad y la presión atmosférica.
También puede estar asociado a estrés prolongado, actividad física excesiva, insomnio, ansiedad, depresión y también los hábitos nutricionales incorrectos o deficitarios.
Cambios ambientales
Con la llegada del buen tiempo nuestro reloj biológico ha de adaptarse a la nueva climatología, esto supone un gasto extra de energía en las actividades rutinarias.
- Bien sea por la disminución de las betaendorfinas en el plasma, que son las encargadas de regular el sistema bienestar-malestar.
- Por la presencia del polen en la atmósfera.
- Por procesos asociados a estados de ánimo.
- O por algunos aspectos relacionados con el trastorno del sueño.
La percepción de la salud depende de cada persona. Bien podemos sentirnos decaídos por la somnolencia ante el cambio horario o, por el contrario, la luminosidad nos puede activar y estimular para un aumento de actividad.
Reloj biológico y cambios en la luz
Nuestro reloj biológico está programado por los estímulos externos que percibimos y uno de estos es indudablemente la luz, que es sincronizadora de todos los ciclos que ocurren en nuestro cuerpo.
Al exponernos a ella, unas células que se encuentran en la retina se encargan de enviar información a una zona del cerebro que alberga este reloj, encargado de poner en hora los procesos que ocurren en nuestro cuerpo. La zona en concreto se trata del núcleo supraquiasmático, que se encuentra en el hipotálamo.
Esto implica muchos procesos internos, que son sensibles a los cambios ambientales. Por eso, un incremento en el número de horas de exposición a la luz natural, que en principio es recomendable para mantener una buena salud mental y física, puede desestabilizar de forma temporal estos procesos, hasta que se adapten a los cambios.
¿Cómo hacer frente a la astenia?
Este trastorno de astenia primaveral que consideramos transitorio no requiere un tratamiento específico, sino un proceso de adaptación del organismo a las nuevas condiciones ambientales.
Adaptación paulatina
Podemos hacer caso de algunos consejos de salud, como iniciar un par de semanas antes un proceso de adaptación, regulando horas de sueño, ir adelantando unos minutos, en este periodo, el reloj hasta alcanzar paulatinamente la hora legal, iniciar ejercicios suaves, no intentar alargar el tiempo, sino regular el horario de sueño y de comidas.
Dieta variada y equilibrada
Una nutrición adecuada permitirá a nuestro organismo obtener de los alimentos los nutrientes necesarios para la correcta función de los sistemas nervioso e inmunitario y combatir así la astenia. Para ello, debemos seguir una dieta variada y equilibrada.
Vitaminas y minerales
Estos nutrientes son necesarios para las diversas funciones de los sistemas nervioso e inmunológico, y sus bajos niveles en ambos pueden desencadenar los episodios de astenia. Están presentes en frutas, verduras, cereales y legumbres.
La hidratación también juega un importante papel. Por esto se debe ingerir al menos dos litros de agua al día o bien complementarlos con infusiones o zumos de fruta natural.
Mantener un orden en las comidas
Durante el día, se debe mantener un cierto orden y rutina en cuanto a las comidas. Además, se recomienda que el desayuno aporte energía suficiente con la ingesta de cereales, preferiblemente integrales por su aporte de fibra y nutrientes, junto con fruta y lácteos. Por otra parte, las cenas deberán ser más ligeras y tomarlas al menos dos horas antes de acostarse para evitar que la digestión interfiera con el sueño.
Realizar ejercicio
Practicar ejercicio físico de manera regular y frecuente ayuda a hacer frente a los síntomas de la astenia como la apatía, la fatiga o la alteración del ciclo del sueño. Además, el ejercicio moderado libera dopamina y serotonina, hormonas relacionadas con la felicidad y la sensación de plenitud.
¿Qué hacer si los síntomas de la astenia persisten?
En el caso de que nuestro organismo no sea capaz de adaptarse en unos días a las nuevas condiciones ambientales, se recomienda consultar con el médico de cabecera o especialista.
Hay que tener en cuenta que la astenia no es un trastorno psicológico, como se cree normalmente, pero si la sensación de cansancio o tristeza persiste durante varias semanas, un especialista deberá valorar que no se trate de otro problema que necesite ser tratado (estrés, ansiedad, depresión, etc.).
Complementos alimenticios para la astenia
Los alimentos son la mejor fuente de energía y micronutrientes necesarios para nuestro organismo. Podemos recurrir a los suplementos alimenticios queremos complementar nuestra dieta con un aporte extra.
Dieta saludable y complementos
Los complementos alimenticios, se definen a nivel Europeo de la siguiente forma:
“Los productos alimenticios cuyo fin sea complementar la dieta normal y consistentes en fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias que tengan un efecto nutricional o fisiológico, en forma simple o combinada, comercializados en forma dosificada. Es decir cápsulas, pastillas, tabletas, píldoras y otras formas similares, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, botellas con cuentagotas y otras formas similares de líquidos y polvos que deben tomarse en pequeñas cantidades unitarias.” Complementos alimenticios en AECOSAN
Complementos e ingredientes naturales para la astenia
Para hacer frente a la astenia primaveral de forma complementaria a la alimentación, existen ingredientes naturales como la Jalea Real o el polen, junto a otros suplementos que incluyan vitaminas, minerales o aminoácidos en forma de complementos alimenticios.
Otros como la Maca, Guaraná o bien una concentración de Jalea Real, Guaraná, Eleuterococo, Ginseng y Regaliz, pueden aportar un plus en situaciones extraordinarias.