Relahelp Dream

Un buen descanso y lograr un sueño reparador depende de varios factores. Uno de los principales es el estado de ánimo. Un día agitado, épocas de preocupaciones por motivos familiares o laborales, estrés, o la depresión pueden llevar a una mayor dificultad para conciliar al sueño cuando llega la noche e incluso la dificultad de tener un sueño profundo o sufrir despertares.

Los cambios en la rutina también desencadenan una situación de estrés que afecta a las horas que podemos dedicar al sueño, e incluso los cambios ambientales como los cambios de estación que conllevan la alteración de nuestros ritmos circadianos debido a los cambios en la luz diurna.

La edad también es un factor determinante, puesto que a medida que envejecemos se reduce progresivamente, y es a partir de los 65 años cuando la necesidad de dormir se reduce a unas seis horas aproximadamente y la profundidad y continuidad del sueño se ven afectadas.

Alimentos que ayudan a dormir mejor

• Alimentos ricos en melatonina, la hormona involucrada en la conciliación del sueño. Aunque se trata de una hormona segregada por el cuerpo, a medida que se envejece se reduce su producción de forma gradual. Son ricos en melatonina los plátanos, la avena, los huevos o las nueces. En general, los cereales son fuente de melatonina.
• Una dieta rica en pescado graso y las verduras tienen un efecto positivo en el sueño.
• La leche y los productos lácteos, por su contenido en triptófano y melatonina, se consideran como favorecedores en la mejora de la calidad del descanso nocturno.
• Extractos de plantas como la Melisa, Pasiflora, Amapola de California y Valeriana se han utilizado desde la medicina tradicional debido a que favorece la conciliación del sueño y la relajación.
• La L-Teanina también se ha utilizado tradicionalmente en las culturas orientales por sus propiedades naturales de relajación.

Síntomas habituales de los trastornos del sueño / trastornos diurnos

Los problemas para dormir afectan a diversos indicadores de salud y son trastornos muy frecuentes en la población mundial actualmente. En general, se pueden diferenciar en cuatro categorías según la forma en la que afecta a las diferentes etapas del sueño y sus síntomas:

• Problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido, como el insomnio.
• Problemas para permanecer despierto, que presentan somnolencia diurna excesiva y cansancio.
• Dificultad para mantener un horario regular con el ritmo del sueño cuando no se tiene un horario constante por temas laborales con turnos de noche o rotativos, o viajar a zonas horarias diferentes
• Interrupciones del sueño o despertar precoz y la incapacidad de volver a quedarse dormido.

Como síntomas de la falta de sueño a causa de la incapacidad de dormir correctamente se genera un estado de estrés en el organismo que puede afectar a cualquier actividad.

A nivel cognitivo, la falta de sueño puede generar falta de atención, un peor rendimiento y una reducción de la productividad (a nivel laboral, esta situación en el largo plazo podría traducirse en presentismo laboral). También, tenemos otras posibles consecuencias como mayor ansiedad e irritabilidad.

Cómo relajarte para dormir

Dado que muchas veces los trastornos del sueño están provocados por problemas de estrés personal o laboral, es muy recomendable favorecer un estado de calma, ayudándonos para ello de la dieta y pautas en nuestra rutina diaria.

• La ingesta de alimentos ricos en melatonina por la noche y otros ingredientes que promueven la relajación como Valeriana, Melisa y Pasiflora favorece la conciliación del sueño.
• Evitar las cenas copiosas o alimentos difíciles de digerir como la carne grasa o la comida picante.
• Crear una rutina que favorezca el sueño con pequeños hábitos que promueven la relajación como una ducha caliente, evitar el uso de pantallas y la exposición a sonidos fuertes al menos una hora antes de acostarnos.
• Técnicas de relajación como la relajación muscular progresiva de Jacobson, que reduce el estado de activación que nos dificulta conciliar el sueño.