Microbiota, ¿sabes qué es y en qué partes del cuerpo se encuentra?
Publicado: 16 mayo, 2024 - Actualizado: 15 octubre, 2024 | 9'
Nuestro cuerpo está asociado a una población muy amplia y diversa de microorganismos que viven en las superficies corporales y en las cavidades que conectan nuestro organismo con el exterior.
Si bien la microbiota intestinal es la más ampliamente conocida y ha sido objeto de numerosos estudios, es importante conocer que existen otras comunidades bacterianas en nuestro cuerpo y que todas son relevantes para nuestro bienestar y salud.
En este artículo exploramos qué es la microbiota y cuántos tipos existen, junto con la bióloga y doctora en nutrición Rita Cava.
¿Qué es la microbiota?
El término microbiota se define como una comunidad de microorganismos que de forma estable habitan en una localización especifica de nuestro organismo. Está formada principalmente por bacterias y se calcula que una persona sana puede albergar entre 10 y 100 millones de microorganismos, la mayoría de los cuales se encuentran en el intestino.
Estas comunidades microbianas interaccionan entre sí y con la superficie en la que se encuentran. “Se produce una compleja interrelación que puede ser mutualista o simbionte (se benefician a sí mismos y al hospedador) o comensales (se benefician a sí mismos, pero no al hospedador) u oportunista (perjudican a la salud del hospedador)”, explica la bióloga y doctora en nutrición Rita Cava.
Para qué sirve la microbiota
“La microbiota está considerada puede identificar a una persona de una forma más fiel que las huellas dactilares. De hecho cuando los microorganismos que componen la microbiota están en equilibrio u homeostasis (eubiosis), se favorece la salud del cuerpo humano y cuando existe un desequilibrio (disbiosis), aumenta notablemente la probabilidad de desarrollar enfermedades gastrointestinales o inmunológicas” añade la especialista.
En general, cumplen tres funciones básicas: suministro de nutrientes esenciales (i.e. aminoácidos, vitaminas), desarrollo del sistema inmunológico y protección contra patógenos (antagonismo antimicrobiano).
¿De qué está compuesta la microbiota humana?
Esta comunidad microbiana incluye bacterias, hongos y virus. Se calcula que la composición de la microbiota asociada al ser humano está formada por al menos 40.000 cepas bacterianas de 1.800 géneros y la masa estimada de la microbiota (1-2 kg en un cuerpo adulto) es comparable al peso del cerebro humano adulto (aproximadamente 1,5 kg).
“Esta microbiota es adquirida primariamente durante el nacimiento (estando en línea con la microbiota materna), y luego se va modificando durante el crecimiento y la exposición a otros factores externos”, continúa explicando la experta.
Tipos de microbiotas según la superficie colonizada
La microbiota, dependiendo de la superficie colonizada o donde reside, está caracterizada por comunidades microbianas específicas con estructuras y funciones especializadas.
Así podemos encontrar microorganismos característicos principalmente (por orden) en el tracto digestivo, la cavidad oral, la vagina, y la piel. Además, encontramos otras microbiotas en lugares como el tracto respiratorio o la glándula mamaria.
Veamos algunas de ellas.
La microbiota intestinal y su impacto en la salud
El tracto gastrointestinal posee el número más abundante y diverso de microbios, conteniendo al menos 1014 bacterias, con aproximadamente 200 especies.
Principalmente están representadas por los grupos Firmicutes (Clostridium spp., Ruminococcus spp., Peptidococcus spp., etc.) y Bacteroideta (Bacteroides spp.), contabilizando más del 70-75% del total. Los siguientes grupos más comunes son Actinobacteria (Bifidobacterium spp.), Proteobacteria y Verrucomicrobia. Las bacterias más estudiadas del tracto gastrointestinal son Lactobacillus spp. (Firmicutes) y Escherichia spp. (Pseudomonadota), aunque sin embargo están presentes en menor número.
La microbiota intestinal coloniza a lo largo de todo el tracto gastrointestinal:
- Esófago: en el esófago no hay colonización permanente ya que es un conducto donde los alimentos ingeridos arrastran a los posibles microorganismos.
- Estómago: están presentes fundamentalmente los lactobacilos en bajas concentraciones, debido a sobre todo a que pueden resistir el ambiente ácido, aunque no se ha establecido si ejercen alguna actividad mutualista.
- Intestino delgado: en la parte superior de esta sección (duodeno) hay escasa colonización debido a la acción de la bilis. Ya en las secciones inferiores (yeyuno e íleon) se va incrementando la presencia bacteriana, principalmente de lactobacilos.
- Intestino grueso: es la sección del tubo digestivo donde se presenta mayor densidad bacteriana (el 50% de la masa fecal son bacterias), aunque también pueden estar presentes hongos (levaduras). Se calcula que cada individuo alberga más de 500-1500 especies que coexisten, logrando un ambiente extraordinariamente equilibrado y estable y, por tanto, resistente a la inducción de cambios desde el exterior.
Funciones de la microbiota intestinal
Los procesos metabólicos de esta microbiota se efectúan a través de fermentación y en un ambiente libre de oxígeno (anaerobias).
“Del metabolismo de esta microbiota intestinal se producen una gran cantidad de sustancias, que no solo aportan energía para su propio sustento, sino que son utilizados por nuestro cuerpo tanto en los procesos energéticos, como en aquellos que tienen que ver con la regeneración de la barrera intestinal, de las células intestinales, del funcionamiento de los órganos y de la modulación del sistema inmune”, explica Rita Cava.
La microbiota oral: puerta de entrada al cuerpo
Los microorganismos de la cavidad oral no forman una comunidad estable, sino bastante variable y están representados principalmente por al menos 700 especies entre bacterias, hongos u otros. Los grupos bacterianos más representativos son: Actinobacteria (Actinobaculum spp., Atopobium spp., Cryptobacterium spp.), Bacteroidetas (Bergeyella spp., Prevotella spp., Tannerella spp.), Firmicutes (Abiotrophia spp., Anaerococcus spp., Mogibacterium spp.), Proteobacteria (Lautropia spp., Suttonella spp.) y Synergistetes (Jonquetella spp., Pyramidobacter spp.).
La microbiota oral ejerce una importante función de protección contra la colonización de bacterias extrínsecas que podrían afectar a nuestra salud. Como explica la doctora Cava: “la microbiota oral varía según su localización y su desplazamiento dentro de la boca, y también varía conforme nos hacemos mayores”.
- Localización: se pueden encontrar en la saliva (que es el principal agente dispersante de los microorganismos tanto dentro de la boca como hacia el tubo digestivo), en la lengua, los dientes, el paladar y en la mucosa que recubre todo el interior de la cavidad oral.
- Desplazamiento: los microorganismos “prefieren” ciertos lugares dentro de la boca. Por ejemplo, el Streptococcus mutans se detecta en la saliva, en la placa dental y en la lengua, y sus desplazamientos en estos sitios se relacionan con beneficios de tipo simbionte (mutuo beneficio).
- Edad: la microbiota oral va variando con los cambios dentales desde la infancia hasta el envejecimiento, así como con los tratamientos dentales.
- Reemplazo: la microbiota oral no solo va modificándose a lo largo de los años, sino también con el paso de los días, especialmente aquella que se encuentra en los dientes. “Por ejemplo, podemos tener que el día 1 de una semana se presenten estreptococos, mientras que el día 7 haya presencia de bacilos gramnegativos, espiroquetas, etc.”, añade Cava.
La microbiota vaginal: equilibrio y salud femenina
La microbiota vaginal normal está compuesta mayormente por lactobacilos, entre otros muchos microorganismos y posee un pH normal alrededor de 4. Los lactobacilos tienen actividad antimicrobiana, que ayuda a proteger la vagina frente a posibles patógenos.
Su presencia está relacionada directamente con los niveles hormonales y la edad. Así, la microbiota propia de la vagina se desarrolla durante el crecimiento con la presencia de las hormonas estrógenos y progesterona, y va cambiando durante la edad fértil de la mujer hasta la menopausia, que se reducen considerablemente los niveles de estrógenos.
La microbiota de la piel
Como hemos visto al inicio, la piel ocupa el cuarto lugar entre las partes del cuerpo humano colonizadas por la microbiota.
El órgano de la piel está densamente colonizado por una microbiota diversa y muy activa, que cumple funciones de protección debido al desarrollo del denominado manto ácido de la piel (o barrera cutánea).
En la piel sana de un adulto pueden encontrarse aproximadamente de 108-1010 microorganismos, que se distribuyen en diferentes áreas cutáneas. Por ejemplo, en las axilas encontramos una gran concentración de hasta 106/cm2, o en las yemas de los dedos pueden concentrarse 102/cm2.
Las bacterias son el grupo más abundante estando representadas por Actinobacterias (Corynebacterium spp., Propionibacterium spp.), Firmicutes (Staphylococcus spp., Streptococcus spp.) y Proteobacterias (Acinetobacter spp., Methylobacterium spp.). Las levaduras (Malassezia spp.) son las especies más abundantes entre los hongos, y de los virus, que podemos transmitir a través de nuestras manos principalmente, se sabe poco del papel que puedan desempeñar en la piel.
“La actividad de la microbiota en la piel estimula el sistema inmunitario cutáneo, lo que impide el establecimiento de cepas patógenas en su superficie o que éstas puedan penetrar dentro de nuestro cuerpo”, sostiene la especialista.
La microbiota del tracto respiratorio
Otro lugar que alberga su propia microbiota es el tracto respiratorio. Las vías respiratorias de un adulto tienen una superficie de aproximadamente 70 m2, que es 40 veces mayor que la superficie de la piel. Toda esta superficie se encuentra colonizada por comunidades bacterianas que varían en cada tramo del tracto respiratorio.
“Las mayores densidades bacterianas se observan en la parte superior del tracto respiratorio (que comprende la nariz, faringe y laringe)”, informa la especialista. Las bacterias más comúnmente encontradas, desde el tracto superior al inferior, son: Staphylococcus spp., Propionibacterium spp., Moraxella spp., Streptococcus spp., Haemophilus spp., Prevotella spp., Veillonella spp., entre otras. También pueden estar presentes adenovirus y hongos (Aspergillus spp. o Candida spp.).
Funciones de la microbiota respiratoria
La microbiota del tracto respiratorio superior es un primer paso para bloquear la posible colonización de cepas patógenas, evitando así posibles infecciones respiratorias. A esto se le denomina "resistencia a la colonización".
Así mismo, “la microbiota respiratoria también podría estar implicada en el mantenimiento de la homeostasis (equilibrio) de la función respiratoria y la inmunidad”, sostiene la especialista.
La microbiota de la glándula mamaria
Otra de las más representativas es la microbiota que encontramos en las glándulas mamarias.
Las glándulas mamarias son estructuras mucosas y muy húmedas con un complejo sistema de conductos, que durante el final del embarazo y a lo largo del periodo de lactancia se convierte en un entorno ideal para el crecimiento bacteriano debido a la disponibilidad de nutrientes y a la temperatura óptima para muchos microorganismos.
Además, la estructura mamaria está expuesta al exterior a través del pezón, el cual contiene una microbiota de características cutáneas.
Flora bacteriana de la leche materna
La leche materna contiene entre 105 a 107 bacterias y los géneros más comunes son Staphylococcus spp., Streptococcus spp., Lactococcus spp., Propionibacterium spp., Lactobacillus spp. y Bifidobacterium spp.
Esta flora microbiana es considerada como “probióticos maternos”; además la leche materna también contiene prebióticos que estimulan selectivamente el crecimiento bacteriano y colonizan el intestino neonatal.
“Los beneficios de la lactancia materna son fundamentales en la maduración intestinal del niño y confiere efectos inmunomoduladores, así como efectos positivos en el desarrollo intelectual” concluye la especialista Rita Cava.
Otras microbiotas en nuestro organismo
Aunque en este artículo hemos revisado las comunidades de microorganismos más destacadas, es importante resaltar que “en todas las mucosas de nuestro cuerpo se encuentran microorganismos, así que también hay colonización bacteriana o de otras especies por ejemplo en los ojos, oídos o en el tracto urinario, órganos que presentan también poblaciones microbianas características”, señala Cava.
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Contenido elaborado por los especialistas del área de Información Científica de MARNYS con la colaboración de la doctora Rita Cava. Este artículo es informativo y no sustituye la consulta de un especialista.
Sobre la especialista
Dra. Rita Cava Roda, Bióloga y Doctora en Nutrición y Tecnología de los Alimentos. Profesora universitaria con más de 20 años de experiencia en investigación y docencia, además de nutricionista y dietista.