Memoria: descubre cómo funciona y tipos de memoria
Publicado: 11 octubre, 2024 | 6'
Los seres humanos nos diferenciamos ya no solo a nivel físico por nuestro aspecto, sino por nuestra mente y conducta, que se construye en gran parte por lo que aprendemos y recordamos. En esto, nuestra memoria juega un papel esencial en nuestro día a día, puesto que se encarga de recibir y procesar los estímulos que recibimos y almacenar la información que se considera relevante para construir los recuerdos.
¿Qué es la memoria?
“La memoria es el diario que todos llevamos con nosotros” Oscar Wilde.
Esta frase se ajusta a la definición clásica de la memoria, que es la capacidad para adquirir, almacenar o reponer información o experiencias vividas que ingresan a nuestro sistema nervioso por alguna ruta sensorial. Además, la memoria está asociada con el conocimiento y la conciencia, que nos permite tener criterios para actuar y/o adaptarse cuando sea necesario.
¿Cómo funciona la memoria?
La memoria, aun cuando es una función básica, es compleja y heterogénea. En el proceso de memoria están implicadas varias regiones del sistema nervioso central, teniendo una gran asociación el hipotálamo cuya función principal es la consolidación de la memoria y el aprendizaje.
Procesos cognitivos de la memoria
Su funcionamiento está definido por una serie de procesos o etapas que deben cumplirse de forma ordenada, a través de las diferentes estructuras cerebrales tales como el cerebelo y el hipocampo.
El neurotransmisor que ejerce una función clave en este proceso de “memorización” es la acetilcolina.
Neuronas y sinapsis: El rol en la retención de información
El proceso de memorización depende del tipo de información, de la organización de esta, de la capacidad de almacenamiento y de la persistencia, así como de las áreas cerebrales implicadas. La memoria se traduce en aprendizaje, y ambas están relacionadas con la motivación, la atención, la comunicación y el afecto.
En esto, las neuronas son un elemento clave para que el sistema nervioso transmita y coordine la información a diferentes zonas del cuerpo. Estas tienen la capacidad de comunicarse con precisión, rapidez y a larga distancia de otras células a través de los impulsos nerviosos.
¿Cuánto duran nuestros recuerdos?
La memoria es el eje principal para aprender y recordar. Los recuerdos pueden permanecer minutos o ilimitadamente dependiendo del tipo de memoria que los procese. Veamos qué tipos de memoria existen y cómo actúan.
Tipos de memoria
La memoria se clasifica en dos grandes áreas, según esté asociada con el tiempo (memoria a corto plazo y a largo plazo), o con la naturaleza del recuerdo (memoria declarativa y memoria no declarativa).
Memoria a corto plazo
A este tipo se le denomina también memoria inmediata u operacional. Es la capacidad de retener en la mente una experiencia durante algunos segundos. Está íntimamente ligada a las experiencias sensoriales de la vista, el oído y del tacto.
Este tipo de memoria requiere de repetición continua del estímulo que la produjo, y permite que podamos ejecutar funciones básicas e inmediatas, por ejemplo, retener un número de teléfono cuando te lo han dictado.
Memoria a largo plazo
Este tipo de memoria es el sistema por el cual la información queda almacenada, encontrándose a priori inactiva, pero la persona puede recuperarla según lo necesite.6
Ejemplos de esto es recordar fechas, nombres, personas, imágenes, etc.
Dentro de este tipo de memoria es donde se realiza el proceso de aprendizaje, por lo cual su desarrollo es muy complejo.
Se divide en dos subtipos:
- Memoria declarativa o explícita: siendo conocida como la capacidad de traer a conciencia hechos o episodios específicos de nuestra vida (es el “qué”). Este subtipo es conocido como la “memoria de uso cotidiano” y tiene un límite de almacenamiento elevado. Esta incluye los recuerdos conscientes sobre lugares, objetos, acontecimientos, etc.
- Memoria no declarativa o implícita: en este tipo de memoria no hay un recuerdo consciente (es el “cómo”), e incluye las experiencias previas que nos ayudan a ejecutar una tarea de forma “automática” (priming). Este tipo de memoria hace referencia a los hábitos y habilidades adquiridas.
Fases de la memoria
Para que la nueva información que recibimos se mantenga en nuestro cerebro y podamos recuperarla se deben cumplir las diferentes fases de la memoria:
- Registro y codificación: es el momento de transformar la información que recibimos a través de los canales sensoriales en otro tipo de información significativa que nuestros sistemas de memoria puedan asimilar. Se analizan sus detalles para procesarla dependiendo de su significado (si es un sonido, qué aspecto tiene, etc.).
- Almacenamiento y consolidación: es el mantenimiento a largo plazo de la información. Los detalles que nos llaman la atención pasan a la memoria a corto plazo y, si la información se procesa adecuadamente con un significado, pasan a la memoria a largo plazo. Cuando conectamos una información con recuerdos o conocimientos existentes, el cerebro le añade un sentido y crea asociaciones para que nos sea más sencillo recuperarla en un futuro.
- Recuperación:es cuando el cerebro recupera la información que ha sido almacenada Existen dos formas a través de las cuales podemos recuperar la información: por evocación (recordar la fecha de un cumpleaños, por ejemplo) o por reconocimiento al asociar otras ideas para recuperar un dato.
La memoria a lo largo de la vida
A medida que cumplimos años a partir de nuestra etapa adulta, disminuye progresivamente nuestra función cerebral. Esto quiere decir que nuestra mente necesitará un mayor esfuerzo para memorizar datos y también para recuperar recuerdos.
Cambios en la memoria por edad
Por ello, es común sufrir despistes en las tareas cotidianas, aunque si estos son muy frecuentes, o vienen acompañados de desorientación o comienzan a ser un impedimento en el desarrollo de las tareas cotidianas, podría tratarse de algún tipo de pérdida de memoria. Este deterioro de la memoria asociado a la edad es gradual y supone un descenso en las tareas de memoria de hasta un 50% o más en edades avanzadas.
Las pérdidas de memoria asociadas a la edad son más significativas en algunas tareas relacionadas con la memoria de recuerdo, por ejemplo, para rememorar el contexto de alguna situación actual, en cuanto a la memoria prospectiva, relativa a recordar realizar una acción en un futuro cercano, pero también en tareas de memoria operativa como mantener la información en la mente mientras se realiza esa tarea u otras que requieran atención.
Cómo mantener una memoria saludable en la vejez
Las áreas implicadas en el normal funcionamiento de la memoria requieren de nutrientes para llevar a cabo su cometido. Cuando estos nutrientes, como por ejemplo las vitaminas C y E, junto a las del grupo B, los Omegas y la Colina, no se encuentran en las cantidades necesarias pueden darse alteraciones en la función cerebral.
Mantener la memoria en forma también es posible, además de con una correcta dieta, realizando ejercicios mentales que ayuden a fortalecer el cerebro y a mantener la función cognitiva.
Cómo mejorar la memoria
Junto con una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable, la memoria se puede mejorar implementando una serie de hábitos en el día a día.
- Realizando juegos que impliquen la atención y la memorización (cartas, puzzles, sopas de letras, etc.).
- Rememorar al final del día los hechos e intentar recordar detalles.
- Utilizar técnicas de memoria en nuevos procesos de aprendizaje (fragmentación, diagramas, grabaciones, tarjetas de memoria…).
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Contenido revisado por los especialistas del área de Información Científica de MARNYS. Este artículo es informativo y no sustituye la consulta de un especialista.