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Lesiones de rodilla: síntomas, causas, factores de riesgo y cómo evitarlas

Lesiones de rodilla: síntomas, causas, factores de riesgo y cómo evitarlas

Publicado: 13 diciembre, 2024 | 17'

La rodilla es la articulación más grande del cuerpo y, por tanto, una de las más complejas. Es responsable directa de que podamos desplazarnos y, precisamente por esto, es una de las que con mayor frecuencia presentan molestias, ya que se ve involucrada en numerosos movimientos del cuerpo en nuestro día a día, y especialmente en aquellos que realizan actividad física regularmente. 

Veamos los diferentes tipos de lesiones que pueden darse y cómo evitarlas, así como los cuidados específicos que favorecen que nuestras rodillas se encuentren en buen estado con la ayuda del doctor José Luis Castilla, especialista en medicina física y rehabilitación.

Estructura de la rodilla

La articulación de la rodilla está formada principalmente por hueso, cartílago y ligamentos, mientras que los músculos y los tendones que la rodean permiten que esta se mueva, podamos flexionarla, extenderla y rotarla. “Cuando alguna de estas partes se ve afectada por alguna causa externa o interna, surge una lesión que provoca molestias y dificultad en el movimiento”, explica el doctor Castilla. 

Los componentes clave de la rodilla

En primer lugar, la rodilla tiene un componente óseo, formado por los siguientes huesos, el fémur (que va desde la articulación de la rodilla a la articulación de la cadera), la tibia (el hueso principal por debajo de la rodilla y que soporta el peso del cuerpo) y la rótula (un hueso de pequeño tamaño que protege la articulación y ayuda a su movilidad).

Los meniscos son estructuras de cartílago con forma de semicírculo encargados de incrementar el área de superficie articular, brindar lubricación articular y por lo tanto atenuar la fricción que puede encontrarse entre las superficies de los huesos. De esta forma, actúan de amortiguadores y estabilizan la rodilla.

Los ligamentos implicados en esta articulación son cuatro: ligamento cruzado anterior (LCA) y ligamento cruzado posterior (LCP), que aportan estabilidad y controlan el movimiento hacia delante y hacia atrás, junto con el ligamento colateral medial (LCM) y ligamento colateral lateral (LCL), para la estabilidad lateral. Los tendones también cumplen una función esencial, puesto que ayudan en la extensión de la rodilla. Por último, en la articulación de la rodilla se encuentra un líquido viscoso y transparente, el líquido sinovial que lubrica la articulación y modula la fricción entre los huesos y cartílagos de la rodilla durante el movimiento.

Además, la rodilla tiene receptores sensoriales que envían información al cerebro sobre la posición y el movimiento, es fundamental en el proceso de la coordinación del movimiento y el mantenimiento del equilibrio.

Cómo funciona la rodilla: Movimiento y estabilidad

Todos los componentes de la rodilla trabajan en conjunto permitiendo el movimiento de flexión y extensión:

  • Se produce la flexión cuando el cuádriceps (músculo situado en la parte frontal del muslo) se relaja y los isquiotibiales en la parte posterior se contraen.
  • La extensión se produce, al contrario, los cuádriceps del muslo se contraen, los isquiotibiales se relajan.

La función de los ligamentos es la de estabilizar la articulación y también limitar movimientos como giros no permitidos, mientras que los meniscos amortiguan y distribuyen el peso de los huesos en el movimiento”, explica el doctor. Gracias a esta acción sinérgica, la rodilla puede soportar un gran peso y adaptarse a diferentes movimientos como saltar y correr.

Lesiones de rodilla más comunes: Cómo identificar la causa

Las principales lesiones de rodilla dependen en primer lugar de la edad del paciente”, afirma Castilla, “en jóvenes suelen ser de tipo inflamatorio, bien de tendones, o traumáticas como los esguinces”. Los esguinces de rodilla aparecen por una lesión de los ligamentos que se produce al forzar la articulación por una torcedura o un golpe.

Veamos algunas de las principales lesiones de rodilla y por qué se producen.

ENTREVISTA A DOCTOR CASTILLA EN RTVE
Entrevista al doctor José Luis Castilla en el programa Somos 8 de RTVE. Desde el min. 1:50 a 6:35.

Lesión de ligamentos: Esguinces y roturas

Existen dos lesiones que afectan al ligamento muy comunes, que son las que afectan al ligamento cruzado anterior y la lesión de ligamento lateral interno. Se producen por el desgarro de ese ligamento en cuestión por un esguince o un traumatismo. Normalmente se produce durante la práctica de deportes en los que cambias de dirección bruscamente o te detienes como el fútbol. 

Lesiones de menisco: Desgarros y síntomas

La lesión de menisco aparece en general por causa traumática normalmente en personas jóvenes y que durante la práctica deportiva realicen un giro brusco de la rodilla o se golpeen la zona, es frecuente su rotura en estos casos. Normalmente este tipo de lesión en el menisco provoca como síntomas principales molestias de alta intensidad al girar la rodilla y rigidez, junto con inflamación en la zona.

A medida que envejecemos, debido a los cambios provocados por la edad, pueden aparecer las lesiones por desgaste a nivel meniscal que, aunque no sean traumáticas, pueden favorecer una rotura en el menisco”, prosigue Castilla, “sobre todo si la persona a nivel laboral desarrolla tareas que implican subir y bajar escaleras, u otros movimientos similares que supongan un alto impacto en la articulación”.

Tendinitis rotuliana: Molestias en la parte frontal de la rodilla

La tendinitis rotuliana también es conocida comúnmente como “rodilla de saltador”, puesto que es muy frecuente en deportes como el baloncesto o voleibol. Se produce por una lesión en el tendón que conecta la rótula con la tibia, encargado de extender la rodilla para saltar y correr.

Bursitis de la rodilla: Inflamación de las bolsas sinoviales

La bursitis consiste en la inflamación de los pequeños sacos de líquido sinovial que se encuentran cerca de la articulación de la rodilla, llamados bursas y que atenúan la fricción y amortiguan la presión. Puede ocasionar molestias y limitar la movilidad de la rodilla.

Condromalacia rotuliana: Desgaste del cartílago

El desgaste en el cartílago en la zona posterior de la rótula lleva a la aparición de condromalacia rotuliana. Provoca molestias en la rodilla que se manifiesta normalmente en la cara anterior y afecta normalmente a deportistas, con sensación de roce contra otros huesos al doblar la rodilla.

Artritis y artrosis de rodilla: Molestia crónica y desgaste de cartílago

Conforme avanzamos en edad, “llegarían las lesiones degenerativas derivadas de artrosis”, informa el doctor, “una afección por desgaste progresivo del cartílago”. Por otro lado, podemos encontrarnos también en edades avanzadas con artritis reumatoide, de origen autoinmune y que puede afectar a cualquier articulación. Ambas presentan dolor continuo en la rodilla con intensidad variante y edema en la articulación.

Síntomas de lesiones de rodilla: ¿Cuándo preocuparse?

Las molestias en la rodilla dependen de la causa en primer lugar y la rapidez en aparecer, puesto que los signos de lesión pueden aparecer de forma repentina tras un golpe, en el ámbito deportivo, por ejemplo, o bien de forma progresiva cuando se trata de alguna afección en edades más avanzadas.

Molestias, hinchazón y rigidez: Signos de alerta temprana

Los primeros síntomas ante una lesión suelen ser inflamación de la zona, enrojecimiento o aumento de la temperatura, y molestias. Dependiendo de la gravedad y la causa, la rodilla puede sentirse inestable o limitar su movimiento con la incapacidad de estirarla por completo.

Inestabilidad, ruidos articulares y limitaciones en el movimiento. ¿Cómo puedo saber si mi lesión de rodilla es grave?

Causas de las lesiones de rodilla

Tanto por el tipo de lesión como su gravedad y, teniendo en cuenta la edad del paciente, existen signos ante una lesión de rodilla que determinan si nos encontramos ante una situación de mayor o menor gravedad. Es recomendable acudir a tu médico facultativo si notamos cualquiera de estos síntomas:

  • Incapacidad de soportar peso en la rodilla.
  • Inestabilidad o debilidad acentuada.
  • Sensación de chasquido o roce al mover la rodilla.
  • No poder extender o flexionar completamente la articulación.
  • Deformidad o hinchazón.
  • Tienes fiebre además de entumecimiento.
  • Tras un traumatismo, el dolor se acentúa con el paso de los días o no remite.

Causas de las lesiones de rodilla: ¿Por qué ocurren?

Una lesión en la rodilla puede afectar al tejido conectivo, a los huesos e incluso a las bolsas sinoviales como hemos visto anteriormente y puede originarse por diversos motivos. El doctor Castilla confirma que “una de las causas más comunes son problemas mecánicos como una caída o un golpe, o bien derivados de otros factores de riesgo como la edad, determinantes intrínsecos genéticos o la práctica de ciertos deportes.

Problemas mecánicos más comunes

Algunos de los problemas mecánicos más comunes que pueden ocasionar una lesión en la rodilla son:

Accidentes y caídas

Una lesión en la rodilla puede originarse por una caída o golpe involuntario en cualquier momento de la vida. Dependiendo de la distancia al suelo y la posición al caer, entre otros muchos factores como la edad o el peso de la persona, una caída puede ocasionar desde una pequeña molestia como una contusión hasta otros más graves como dislocaciones, rotura de tendones o fracturas óseas.

Deportes de alto impacto

Los entrenamientos continuados de ciertos deportes implican el esfuerzo continuo de la articulación y puede dar lugar a un desgaste de la rodilla e incluso lesionarnos. Estos son los deportes de impacto y contacto como el fútbol, baloncesto, rugby, running u otros que requieren muchos cambios de ritmo, giros y saltos con impacto. Normalmente estas lesiones afectan a los meniscos y a los ligamentos.

Incorrecta alineación de la pierna

Cuando la rótula no encaja en el surco de la articulación, suele ocasionar que esta se vea expulsada hacia la parte externa con fricción en los tejidos y un aumento de la presión en la parte posterior. Este mal alineamiento patelofemoral puede deberse a una mala alineación entre la propia cadera y los tobillos o bien por una debilidad muscular, como pueden ser los cuádriceps, puesto que favorecen que la rótula conserve su posición.

Síndrome de la banda iliotibial 

La banda iliotibial es el tejido que se extiende en la parte exterior de la pierna desde la rodilla hasta la cadera. Esta puede volverse tensa y rozar con la parte externa del fémur, ocasionando el síndrome de la banda iliotibial. Normalmente aparece en deportistas como corredores de fondo y ciclistas

Dislocación de rótula

Un cambio brusco de dirección de la pierna puede ocasionar una dislocación de la rótula, haciendo que esta se desplace o se salga de su lugar, normalmente hacia la parte externa de la pierna. Puede ocurrir, por ejemplo, en deportes como el baloncesto. Son signos de dislocación cuando la rodilla parece estar deformada, o se flexiona y no se puede estirar.

Factores de riesgo 

Las molestias de rodilla pueden verse agravadas por algunos factores intrínsecos como:

  • Sobrepeso, puesto que aumenta la exigencia y presión sobre las rodillas ante cualquier actividad física.
  • Debilidad muscular, ya que los músculos son los encargados de estabilizar y favorecer el bienestar de las articulaciones.
  • Una lesión previa también aumenta las probabilidades de volver a tenerla.
  • Como hemos visto, algunos deportes o labores determinadas que implican más exigencia física y movimiento suponen un factor importante, puesto que requieren esfuerzo continuo en las rodillas en deportes con saltos y giros, o en trabajos como la construcción o la industria agroalimentaria. 

Vuelta a la actividad: ¿Cuánto tiempo necesito? 

La vuelta a las condiciones normales de cualquier lesión de rodilla es impredecible y depende en gran medida del propio paciente y su estilo de vida. El alcance también será determinante para saber la forma de proceder.

“Si las molestias provocan una gran limitación en las actividades diarias o deportivas sí que es recomendable abarcar un procedimiento más invasivo”, recomienda el doctor, “también si es una lesión traumática o inestable y en casos de edad más avanzada cuando tenemos una afección de desgaste más evolucionada y no existe alternativa con métodos convencionales”.

Según el tipo de lesión, ¿cuánto se puede tardar en volver a la normalidad?

El tiempo estimado que favorece la vuelta a la normalidad de una lesión variará en función de su origen y su alcance, puesto que algunas solo requieren reposo en casa y seguimiento a nivel de fisioterapia, mientras que otras requieren un abordaje más invasivo. Además, la capacidad de recuperación se reduce con la edad tanto a nivel metabólico, como por la circulación y la masa muscular”, informa el doctor.

Por ejemplo, una rotura de menisco o una lesión en el ligamento cruzado anterior, puede requerir varios meses en volver a retomar la actividad física normal, mientras que un esguince (si no requiere un procedimiento invasivo), apenas unas pocas semanas. 

¿Cuándo puedo volver a hacer deporte? Consejos para una reincorporación segura

Tras cualquier tipo de lesión, retomar la actividad deportiva deberá ir pautado por un profesional sanitario que, dependiendo de la lesión y si ha habido intervención o no, puede ser un especialista rehabilitador y/o fisioterapeuta. Ellos serán los encargados de indicar el mejor momento para retomar cualquier tipo de actividad, además de facilitar las pautas que adapten los ejercicios a nuestra situación y volver al ritmo anterior de forma progresiva. 

Por ello, lo ideal ante cualquier molestia es acudir al especialista de cara a una recuperación efectiva y pautada que permita favorecer la movilidad completa a la rodilla.

Cómo cuidar de tus articulaciones

Aunque librarse completamente de cualquier molestia o lesión es casi inevitable, puesto que puede ser causada por diversos factores, existen algunas pautas que podemos implementar en nuestro estilo de vida de cara a favorecer el bienestar de nuestras articulaciones, como es el caso de la rodilla. El doctor Castilla recomienda las siguientes:

Cómo cuidar de tus articulaciones

Mantén un peso saludable

Mantener un peso saludable es una de las principales pautas, puesto que el peso extra sobre las articulaciones puede favorecer el riesgo de sufrir lesiones y afecciones relacionadas con el sobreesfuerzo de la rodilla.

Calienta antes de hacer ejercicio y estira después

Es importante preparar el músculo y nuestro cuerpo ante cualquier actividad física moderada o intensa con un calentamiento dinámico específico de esa actividad. Nos ayudará, además de adaptarnos poco a poco a los movimientos requeridos, a disminuir las probabilidades de posibles lesiones después por una mala práctica o técnicas incorrectas.

Por otro lado, el enfriamiento con estiramientos estáticos sirve atenuando la tensión muscular y relajando el cuerpo de cara a prepararlo a la recuperación.

Fortalece los músculos de las piernas

La debilidad muscular es una de las principales causas de lesiones de rodilla, por lo que fortalecer el cuádriceps y los músculos isquiotibiales es clave en el cuidado de la articulación, ya que estos músculos son los encargados de sostener las rodillas. Además, realizar ejercicios centrados en trabajar el equilibrio y la estabilidad también favorecerá a que la función muscular sea eficaz. 

Utiliza calzado adecuado y técnicas correctas al practicar deporte

Lo ideal es que el calzado a la hora de realizar cualquier actividad física quede ajustado y sea cómodo en cualquier movimiento o impacto. Aunque cada persona tiene una fisiología diferente y la elección del calzado se basa en la experiencia personal de cada uno y la comodidad durante la práctica deportiva. También depende del deporte en cuestión, por ejemplo, en el running necesitaremos un buen acolchado resistente, y en casos de ejercicios de fuerza, una suela plana nos proporcionará estabilidad. Por ello, podemos consultar la elección con un especialista y nuestro entrenador, que conocerán de primera mano nuestro historial y necesidades concretas. 

También, hay que ser consciente de las limitaciones personales y adaptar el ejercicio en función de ellas, especialmente si presentamos molestias durante un tiempo prolongado o lesiones recurrentes. Limitar las actividades de alto impacto durante la recuperación de una lesión siguiendo las indicaciones del profesional sanitario será beneficioso en la atenuación de las molestias.

Alivio de las molestias de rodilla 

Las lesiones de rodilla deben tratarse de forma individualizada y siempre siguiendo las indicaciones del profesional sanitario de cara a conseguir un diagnóstico concreto con las pruebas necesarias, así como un seguimiento posterior con una rehabilitación pautada. 

Ejercicios de rehabilitación: Fuerza y movilidad

La rehabilitación ante cualquier lesión es clave en la recuperación de la funcionalidad y el alivio de las molestias. Como indica el doctor, “gracias a la rehabilitación se puede conseguir el nivel previo a la lesión, empleando técnicas de fisioterapia”.

El tipo de rehabilitación y el momento de comenzar con ella dependerá de la lesión, puesto que, “si la lesión necesita de intervención invasiva debemos dar rehabilitación antes y después”, continúa Castilla, y “si es a nivel inflamatoria de algún tendón o un esguince de ligamento en la que no tenemos que pasar por ese tipo de procedimiento, esa rehabilitación puede favorecer que no se alargue en el tiempo”.

ejercicios rehabilitacion

Para un abordaje completo de una lesión de rodilla, las pautas a nivel de rehabilitación serían:

  1. La evaluación inicial de un especialista que determine el alcance, tras la realización de las pruebas necesarias que orienten el diagnóstico concreto.
  2. Abordar la fase inicial de la lesión si presenta molestias e inflamación con reposo, hielo y compresión de la zona, inmovilizándola.
  3. En casos de no requerir intervención invasiva, comenzar con ejercicios de movilidad y fortalecimiento muscular de la zona, así como de equilibrio, bajo las indicaciones de un profesional sanitario.
  4. Comenzar con ejercicios aeróbicos de bajo impacto como natación o bici para retomar la actividad física de forma suave y fortalecer la musculatura. En caso de realizar algún deporte previo a la lesión, retomar esta actividad de forma progresiva y siempre siguiendo las pautas del rehabilitador.
  5. De cara a posibles futuras recaídas de la lesión, poner el foco en realizar los ejercicios priorizando la técnica y continuar con ejercicios de fuerza específicos.

Para asegurarnos de que el proceso de rehabilitación sea el adecuado, es recomendable considerar la visión de un fisioterapeuta, quien ayudará a personalizar y supervisar el progreso.

Alimentación y suplementos que favorecen el bienestar articular

“Una alimentación sana y equilibrada es fundamental en el bienestar óseo y muscular”, afirma el doctor Castilla, “pero actualmente es común realizar deportes de alta intensidad que implican un desgaste de las articulaciones”. Existen ciertos nutrientes que son de gran utilidad en este ámbito y que favorecerán que el sistema óseo se encuentre en condiciones óptimas.

Así, recomienda “llevar una dieta equilibrada y balanceada, junto con un estilo de vida saludable, lo que puede ser complementado con suplementos con colágeno y sulfato de glucosamina y condroitina, los cuales pueden favorecer la lubricación del área articular, así como atenuar el impacto de la actividad deportiva sobre la articulación y modular aquellos efectos en el área propios de edades más avanzadas.

Glucosamina y Condroitina

La glucosamina y la condroitina también están presentes en nuestro organismo naturalmente, concretamente en las estructuras de cartílago proporcionando elasticidad y son clave en su formación. Normalmente podemos encontrarlos en suplementos alimenticios enfocados al cuidado de huesos y articulaciones en forma de sulfatos de condroitina y glucosamina.

Colágeno 

El colágeno es una proteína presente en el organismo de forma natural, que puede encontrarse en la piel, cartílagos y tejidos conectivos, por lo que es parte fundamental de las articulaciones. Con la edad, las reservas de colágeno de nuestro organismo decrecen y es fundamental incluirlo en la dieta.

Magnesio y calcio

El Calcio se encuentra almacenado en más del 90% en el esqueleto, y está involucrado principalmente en la formación del sistema óseo, además de favorecer la mineralización y relacionarse su concentración con la densidad del hueso.

Por su parte, el magnesio juega un papel clave también en el mantenimiento de los huesos y la función muscular. El magnesio se deposita predominantemente en el hueso, el resto reside en tejidos metabólicamente activos como el músculo. El organismo no produce estos minerales, por lo que debemos ingerirlos a través de la alimentación. 

Vitaminas

En el caso de la vitamina C, esta contribuye a la formación normal de colágeno para el funcionamiento normal de los huesos y los cartílagos, mientras que la vitamina D, contribuye al mantenimiento de los huesos en condiciones normales, puesto que se encuentra fuertemente ligada con el aporte de calcio. La vitamina D contribuye a la absorción y utilización normal del calcio, y favorece el funcionamiento de estos órganos y tejidos. 

Además, la vitamina K2 también contribuye al mantenimiento de los huesos en condiciones normales.

Cúrcuma 

La cúrcuma es ampliamente utilizada por las culturas orientales, está estandarizada en su principal bioactivo la curcumina. La cúrcuma ayuda a reducir la inflamación en articulaciones y músculos (EFSA ON HOLD (2030, 2598))14.

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  Referencias


Contenido elaborado con la colaboración del Dr. José Luis Castilla. Este artículo es informativo y no sustituye la consulta de un especialista.

Doctor José Luis CastillaSobre el especialista

Doctor José Luis Castilla

Cuenta con más de 20 años de experiencia en medicina, y en las áreas de rehabilitación y traumatología. Actualmente ejerce como especialista de Medicina Física y Rehabilitación en el Servicio Andaluz de Salud, y además es director Médico en Centro Médico Dharma.

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