Impacto de la menopausia en la salud física y mental de la mujer
Publicado: 22 enero, 2024 - Actualizado: 15 abril, 2024 | 16'
Introducción
Los cambios hormonales que se producen durante el envejecimiento femenino son más evidentes a nivel del ciclo menstrual. Los niveles de estrógenos van disminuyendo y varían otras hormonas, provocando cambios a nivel ovárico como en otros órganos. La menopausia es una etapa natural del ciclo de vida en las mujeres, que representa el cese de la fertilidad y aunque no es considerada comúnmente como una “patología”, hay síntomas molestos que alteran la dinámica social y laboral, por lo cual su abordaje debe siempre ser consultado con un especialista.
Definición de la menopausia
La menopausia es el cese de la función de los ovarios y por lo tanto, de la menstruación. La edad a la que se experimenta este cambio se sitúa entre los 45-55 años. Es importante diferenciar la menopausia natural, de aquella que por alguna causa fisiológica (i.e. extirpación de los ovarios), se produce y puede ocurrir a cualquier edad.
Las etapas por las cuales pasa el aparato reproductor femenino pueden ser clasificadas como:
- Reproductiva: desde la menarca (primera menstruación) hasta la menopausia.
- Perimenopausia: que puede durar varios años y existen desarreglos menstruales, principalmente por los cambios en los niveles de las hormonas foliculoestimulante (FSH) y luteinizante (LH).
- Menopausia: es delimitada cuando hay ausencia de menstruación durante 12 meses consecutivos, donde hay una reducción marcada de los estrógenos.
- Posmenopausia: que sucede después del último período menstrual.
Durante las fases de perimenopausia y menopausia (o transición menopáusica), se presentan los principales síntomas:
Vasomotores: que están asociados a cambios circulatorios y del nivel hormonal. Las mujeres lo experimentan antes, durante y después de la menopausia, en más de un 55%.
Sequedad vaginal: el nivel de estrógenos incide directamente sobre la estructura de la mucosa vaginal, por lo que la reducción de sus niveles produce deshidratación del área y fragilidad del tejido. Su incidencia está entre un 27 a un 60% de las mujeres que experimentan menopausia.
Alteración del ciclo del sueño: debido a la variación hormonal, las mujeres pueden perder hasta 25 minutos de sueño nocturno y se presentan en más del 50%, especialmente en el período posmenopáusico11.
Variaciones del estado de ánimo: diferentes estudios han encontrado que las mujeres durante el período de menopausia tienen 3 veces más riesgo de experimentar un episodio negativo del estado de ánimo11. Dichos episodios pueden estar relacionados con los niveles de estradiol y de FSH.
Cambios generales en el cuerpo
Peso corporal
La menopausia se relaciona con cambios metabólicos que suelen producir un incremento en la grasa corporal. El metabolismo energético de las grasas se descompensa y produce una mayor acumulación de tejido adiposo a costa del tejido muscular, alterando el peso corporal, que puede ser en un aumento de peso directo o en modificaciones en la distribución del tejido graso. La grasa corporal, que a los 20 años es del 26%, sube al 33% a los 40 años y al 42% a los 50 años1.
Debido a estos cambios metabólicos la adecuación de la dieta y el ejercicio físico son fundamentales, para mantener el peso. Estos cambios en la grasa acumulada no sólo representan un sentido estético, sino que influyen sobre la salud cardiovascular.
Mucosa vaginal
La reducción de los niveles de estrógenos ejerce un efecto sobre los tejidos de la vagina, el colágeno y los vasos sanguíneos del área, lo que lleva a una progresiva vascularización y sequedad de la mucosa vaginal, disminuyendo su elasticidad, su grosor y haciéndola más frágil y corta, una condición que se conoce como atrofia vaginal. Así mismo, tanto los labios menores, el clítoris, el útero y los ovarios disminuyen de tamaño. Los cambios en la mucosa vaginal pueden hacer que las relaciones sexuales sean dolorosas (dispareunia).
Las sugerencias que favorecen el mantenimiento de la estructura vaginal y del área pélvica en general, son principalmente tres:
- Usa humectantes vaginales diariamente o unas pocas veces a la semana, ya que son beneficiosos para la estructura vaginal, así como favorecen el mantener relaciones sexuales, las cuales estimulan el flujo de sangre hacia la vagina y los tejidos circundantes y a mantenerlos elásticos.
- Practica ejercicios para el suelo pélvico, pues favorecen el flujo sanguíneo hacia la vagina y fortalece los músculos de la zona pélvica.
- Evita el uso de productos que puedan irritar la vagina, así como los baños de espuma y los jabones fuertes.
Vías urinarias
Los estrógenos también determinan la estructura y funcionalidad de la vejiga y la uretra, los cuales, durante la menopausia, presentan pérdida de elasticidad, grosor y en el caso de la uretra acortamiento, lo que puede causar diferentes síntomas urinarios:
Debido al acortamiento del recorrido de la uretra, existe más facilidad para que los microorganismos pueden acceder al tracto urinario, y algunas mujeres contraen infecciones con mayor frecuencia.
- La pérdida de elasticidad de los tejidos urinarios puede conllevar a que se experimente, una fuerte necesidad frecuente y repentina de orinar (tenesmo vesical), una pérdida o incontinencia involuntaria de orina ya sea por urgencia o por esfuerzo (toser, reír o levantarse), una urgencia constante de orinar durante el día o la noche (polaquiuria y nocturia), y ardor al orinar (disuria).
Al igual que en el caso de la atrofia vaginal, el fortalecimiento de los músculos del piso pélvico con ejercicios de Kegel y el uso de hidratantes vaginales pueden ayudar a aliviar los síntomas de incontinencia. Además, medidas como la restricción de la ingesta de líquidos por ejemplo, antes de salir o de 3 a 4 horas antes de acostarse, y evitar alimentos que irriten la vejiga (como la cafeína y los alimentos picantes o salados), son beneficiosos.
Salud física y menopausia
Cambios hormonales
Tal como comentábamos antes, los cambios hormonales se enfocan principalmente en la FSH, la LH y los estrógenos. Veamos brevemente cómo se producen.
El número de folículos ováricos (que determinan directamente la fertilidad), disminuyen progresivamente con la edad lo que desencadena que los niveles de FSH aumenten y los de estrógenos se reduzcan. Normalmente durante los ciclos menstruales, hay hormonas que actúan directamente en los ovarios (inhibinas A y B), que son las que controlan a la baja los niveles de FSH; al iniciar la menopausia y haber menos folículos disponibles los niveles de inhibinas disminuyen, los niveles de estrógenos se reducen y la hormona gonadotrópica se activa estimulando el incremento de los niveles de FSH.
Estos cambios tienen lugar antes y después de la fecha de la última menstruación, elevándose en 2 años anteriores los niveles de FSH y reduciendo los niveles de estrógenos 2 años después, estabilizándose 2 años más tarde. Los niveles de estrógeno en la perimenopausia se sitúan entre 45-854 pmol/L y se reducen por debajo de los 100 pmol/L durante la menopausia. Además, otras hormonas como la progesterona, testosterona (la cual es convertida en estrógenos), y la serotonina, también reducen su presencia.
La variación de la actividad hormonal afecta a un sinnúmero de órganos del cuerpo (que revisaremos más adelante), sin embargo, detallaremos 5 acontecimientos que son indicadores del inicio de la menopausia:
- Sofocos y sudores nocturnos, que pueden presentarse en promedio hasta 7 años después de iniciada la menopausia. Se caracterizan por un enrojecimiento de la piel en cabeza, cuello y tórax (producto del ensanchamiento de los vasos sanguíneos cercanos a la piel), que suele ir acompañado de una elevación de la frecuencia cardiaca y sensación de calor intenso (bochorno), que finaliza con una sudoración profusa. Puede durar entre 30 segundos a 5 minutos y puede ir seguido de escalofríos. Algunos consejos para el alivio de estos síntomas son evitar la ingesta de alimentos picantes, cafeína, alcohol, cuidar la vestimenta (preferible usar prendas de algodón), aprender a respirar y perder peso.
- Sensibilidad mamaria, que es causada por la acumulación de líquido en las mamas producto de las variaciones hormonales. Se pueden tener sensación de ardor o dolor punzante, y el volumen y forma de las mamas pueden cambiar. Mantener una dieta baja en grasas saturadas, reducir el consumo de cafeína, dejar de fumar o tomar una ducha caliente, son buenos consejos para el alivio de este síntoma.
- Migrañas, que se presentan por la reducción en los niveles de estrógenos y progesterona. La sensación es de un dolor pulsante que puede presentarse junto a náuseas, sensibilidad a la luz y al sonido o mareos. Los ejercicios de relajación, la aplicación de hielo en la zona, el manejo del estrés y masajes pueden ser opciones que considerar.
- El deseo sexual (libido), se ve afectado por la relación de los niveles tanto de andrógenos (testosterona) como de estrógenos, que ejercen efectos sinérgicos sobre la respuesta sexual femenina porque interactúan directamente sobre los estímulos cerebrales que la activan. Las medidas recomendadas son acudir a un profesional, ya que en muchos casos hay un componente emocional, practicar gimnasia pélvica, usar hidratantes vaginales, entre otros.
- En la perimenopausia sigue siendo posible el embarazo, por ello es recomendable utilizar métodos de anticoncepción hasta que hayan transcurrido 12 meses consecutivos sin menstruación.
Efectos en el sistema óseo
El equilibrio en la remodelación ósea se mantiene hasta los 40 años, luego de lo cual la edad y la menopausia pueden inclinar la balanza hacia la resorción ósea (descalcificación). Si es importante destacar que la herencia genética y la nutrición influyen para que este proceso sea más lento o acelerado.
La deficiencia de estrógenos durante la menopausia eleva la descalcificación y se reduce la formación del hueso, lo cual deteriora la masa ósea. Los huesos se tornan menos densos y más propicios a sufrir fracturas. De hecho, un estudio de seguimiento en más de 3000 mujeres con menopausia determinó que cada año luego de la última menstruación, se reduce entre un 0,004 a 0,006 de contenido mineral óseo (g/cm2), y que este factor puede incrementar un 5% más si se ingiere alcohol, se fuma o si se tiene sobrepeso13. Así mismo, la reducción de masa ósea es más rápida después de los 5 años de iniciada la menopausia, luego de lo cual disminuye entre en un 1-3% anual.
La ingesta de alimentos durante la menopausia con calcio y vitamina D3 (que pueden suplementarse con complementos alimenticios), es clave en cantidades que superen los 1200 mg/día y 400 UI, respectivamente. Además, se sugiere controlar el peso corporal, ejercicios con pesas, evitar fumar y limitar el consumo de alcohol.
Efectos en el sistema cardiovascular
Los estrógenos ejercen efectos a nivel cardiovascular, específicamente en la salud de los vasos sanguíneos, favoreciendo su elasticidad, dilatación y regulando la actividad inflamatoria. Al descender los niveles de estrógenos durante la menopausia, ejercen cambios relacionados con la constricción de los vasos sanguíneos, que eleva la presión arterial, además de incrementar el grosor y la rigidez de las arterias. Tal como vimos antes, el metabolismo de las grasas se afecta al llegar la menopausia, lo que puede ocasionar que los niveles de colesterol se incrementen (LDL, VLDL) y se convierta en un factor de riesgo cardiovascular.
El riesgo cardiovascular se incrementa paulatinamente tras 10 años después de haber presentado la última menstruación; sin embargo, es importante destacar que en un estudio español que incluyó a más de 5000 mujeres menopáusicas, demostró que este riesgo era casi dos veces mayor con el hábito del tabaquismo, con un consumo de verduras de menos de 1 vez a la semana, con un exceso de horas de sueño (≥9 horas/día), y de casi tres veces con la actividad sedentaria9.
Sabemos que la menopausia va a llegar a nuestras vidas, por lo que modificar nuestro estilo de vida es la clave del bienestar en el futuro. Una alimentación basada principalmente en verduras, hortalizas, legumbres, lácteos, pescado y carnes magras y la práctica habitual de ejercicio físico, son factores que determinan la salud cardiovascular. Diferentes sociedades médicas como la Asociación Americana de Cardiología3 y la Asociación Española de Menopausia10 recomiendan el consumo de Omega 3 de hasta 1200 mg/día, debido a sus efectos benéficos sobre el nivel de colesterol en sangre, la presión arterial y los vasos sanguíneos.
Salud mental y menopausia
Cambios emocionales
Los cambios hormonales durante la menopausia no sólo implican a los estrógenos, sino a las hormonas gonadotrópica y serotonina, ambas implicadas en la regulación de las emociones. Así mismo, la percepción de los cambios corporales, la sensación de falta de control de síntomas físicos (como los sofocos o la incontinencia urinaria), puede afectar la autoestima, adicionando más “carga emocional” a la aportada por las variaciones hormonales.
La irritabilidad, los trastornos del ánimo, la ansiedad, la apatía y la sensación de cansancio, están presentes durante la menopausia. Sin embargo, nuestro cuerpo se va adaptando a estas variaciones hormonales y estos síntomas pueden ir desapareciendo.
Algunas recomendaciones para aliviar estos “vaivenes emocionales” vienen de la mano de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia1. Veamos cuáles:
- Normaliza la situación, es una parte más del ciclo vital y puedes seguir disfrutando de las actividades que te apasionan.
- Si tienes sofocos, es hora de cambiar tu vestimenta y renovarte.
- Socializa con otras personas o amigas que estén en esa etapa o ya la hayan pasado, para que aporten sus experiencias y sugerencias.
- Realiza ejercicio físico de manera periódica, porque estimula la secreción de serotonina.
- Practica técnicas de relajación, que te permitan controlar los estados de ánimo y el estrés.
- Busca ayuda profesional.
Además, es clave mantener una alimentación que aporte bienestar a tu corazón, huesos y mente, la cual puedes complementar con algunos suplementos alimenticios que contengan magnesio, L-teanina, triptófano, valeriana, entre otros.
Efectos en el sueño
Tal como lo comentamos antes, la calidad del sueño se deteriora durante la menopausia sumado al envejecimiento. Los cambios hormonales por sí mismo, no proporcionan una explicación completa de la reducción de la calidad del sueño, ya que los tratamientos de reemplazo hormonal no logran mejorar este hecho. Los hábitos crónicos de higiene del sueño, los trastornos del estado de ánimo (ansiedad y depresión), contribuyen aún más a experimentar dificultades para conciliar el sueño y/o despertares precoces. La calidad de vida se reduce igualmente ya que produce fatiga y somnolencia diurna.
Las dificultades que se presentan en estos trastornos del sueño son: sueño no reparador (te levantas cansada y continuas así durante el día); despertar frecuente durante la noche y dificultad para conciliar nuevamente el sueño; afecta a la denominada latencia del sueño (dificultad para conciliar el sueño); se reduce la cantidad de sueño profundo por sueño ligero que causa fatiga; y se duerme menos horas de lo estipulado que son de 6-8 horas/noche.
Las recomendaciones generales están enfocadas en seguir un horario de sueño regular y las rutinas asociadas; crear un ambiente relajante, con buena ventilación y con poca luz; mantener una alimentación ligera nocturna; dormir con ropa cómoda y transpirable; hacer ejercicio regularmente (el yoga es ideal antes de ir a dormir); si no logras conciliar el sueño, es mejor levantarse de la cama e irte a otra habitación a ejecutar alguna actividad (que no sea usar aparatos electrónicos), entre otras. Algunos ingredientes de los complementos alimenticios que pueden favorecer la conciliación del sueño son la melatonina, la valeriana, el triptófano, por citar ejemplos.
Menopausia y piel
Aun cuando la piel es el órgano más grande del cuerpo, se le ha restado importancia dentro del manejo de los síntomas durante la menopausia, lo cual se evidencia en una encuesta17 realizada en 2018 donde el 72% de las mujeres manifestaban cambios cutáneos y la mitad de ellas no tenía información suficiente de estos síntomas. Así mismo, otra encuesta17 en mujeres menopaúsicas reveló que el 64% declararon tener problemas cutáneos y alrededor de la mitad indicaron que la menopausia les había provocado cambios en la piel, siendo la sequedad cutánea, el síntoma principal. Veamos entonces, cuáles cambios están asociados a la menopausia y las recomendaciones generales.
Cambios en la piel
Las variaciones hormonales producen efectos en la piel, ya que existen en las células cutáneas procesos que son regulados por estas. Sin embargo, gran parte de los cambios de la piel también vienen explicados por el envejecimiento natural. Por ejemplo, las arrugas y el color en la piel se ven afectados más por la edad, mientras que la flacidez cutánea se relaciona con la menopausia.
Las hormonas implicadas en estos cambios son:
- Andrógenos: afectan principalmente a la cantidad de sebo en la piel, que produce una sensación grasosa cutánea al principio de la menopausia.
- Estrógenos: ya en la menopausia se reduce notablemente la cantidad de sebo en la piel, por lo que se torna a más seca y pruriginosa, con signos de flacidez. Esto es debido a la disminución de los niveles de colágeno y ácido hialurónico.
- Cortisol: es segregada junto a los sofocos o “calorones”, especialmente en la noche, y es la responsable de una renovación cutánea deficiente.
Las recomendaciones generales para mantener una piel saludable durante la menopausia se centran en cuatro aspectos básicos: una dieta variada que incluya alimentos antioxidantes (i.e., frutas); buena calidad de descanso; foto y dermoprotección con productos que incluyan colágeno, ácido hialurónico, aminoácidos y vitaminas; y complementar con nutracéuticos que contengan los ingredientes ya mencionados: belleza desde el interior y el exterior.
Dos estudios14,16 donde se combinan ingrediente nutracéuticos, por un lado productos botánicos como la soja y la onagra, y por otro vitaminas (C, E y complejo B), aminoácidos y colágeno, reportan reducción de arrugas, incremento de la elasticidad, la hidratación y la producción de colágeno en un intervalo que va (dependiendo del indicador), desde un 10 hasta un 30%. Así mismo, la aplicación cosmética de ingredientes antioxidantes (como la vitamina C), ácido hialurónico y colágeno también facilita el mantener nuestra piel tonificada y firme.
Menopausia y cabello
Las variaciones del volumen del cabello vienen dadas tanto por el envejecimiento (especialmente el grosor y la hidratación), como por la menopausia (en particular, por el acortamiento del ciclo capilar).
Cambios en el cabello
Las fases del ciclo capilar son la anágena (crecimiento), la catágena (involución) y telógena (reposo), y su correcta sincronización garantiza la salud del cabello. La acción hormonal es uno de los factores que afecta esta sincronía y durante la menopausia donde las variaciones hormonales son marcadas, se producen cambios que pueden llevar a la caída del cabello.
Los estrógenos prolongan la fase anágena estimulando el crecimiento del cabello. ¿Qué sucede durante la menopausia? Recordemos que el ciclo femenino contiene un balance de estrógenos y andrógenos donde predominan los primeros; al llegar la menopausia este balance se modifica porque los niveles de estrógenos declinan rápidamente y se “elevan aparentemente” los niveles de andrógenos. Los andrógenos, en particular la conversión de testosterona a dihidrotestosterona (DHT), se realiza mediante la enzima 5-α-reductasa. El DHT ejerce un efecto negativo sobre los folículos pilosos, reduciendo su tamaño, acortando el ciclo capilar y por tanto, el pelo pierde calibre y calidad causando la caída del cabello.
Los nutrientes que obtenemos de los alimentos son los que nos proporcionan la energía y los elementos necesarios para el crecimiento, la reparación y el mantenimiento de nuestro cuero cabelludo. Por tanto, una alimentación equilibrada es esencial para mantener una buena salud capilar. Algunos ingredientes que pueden complementarse junto con la alimentación son: las bayas de saw palmetto, la biotina, el zinc, los aminoácidos azufrados, entre otros, pueden favorecer el mantenimiento del volumen del cabello.
Así mismo, el correcto lavado del cabello, el cepillado suave y frecuente con cepillos adecuados, la protección frente a la exposición solar y la aplicación de productos cosméticos tópicos, también son elementos que ayudan definitivamente a conseguir un pelo firme, abundante y brillante. Existen extractos vegetales como las células madre de la uva, la maca, la cola de caballo entre otros que han demostrado su efecto positivo en el mantenimiento del cabello.
Conclusión
La menopausia es una etapa natural en la vida de una mujer, en la cuales existen cambios derivados principalmente de las variaciones hormonales. Estos cambios afectan principalmente al sistema cardiovascular, al óseo y al sistema nervioso; sin embargo, los síntomas asociados pueden ser mitigados primero con aceptación de esta fase del ciclo femenino, luego modificando nuestra dieta y hábitos de actividad física e higiénicos, así como buscar orientación médica y apoyo social.
Existen también una serie de ingredientes naturales contenidos en los suplementos alimenticios, que puedes consumir y complementar las recomendaciones generales de bienestar.
Recuerda que la menopausia no es el final de algo, sino el principio de otra fase donde puedes vivir igualmente a plenitud y con otros retos.
Contenido redactado y revisado por los especialistas del área de Información Científica de MARNYS. Este artículo es informativo y no sustituye la consulta de un especialista.