
Huesos y articulaciones en forma frente al frío
Publicado: 25 febrero, 2020 - Actualizado: 11 febrero, 2025 | 5'
En otoño comenzamos a notar una bajada de las temperaturas y un incremento de la humedad ambiental. Ambos factores se relacionan, a menudo, con molestias en la garganta, nariz, o cabeza, pero también en huesos y articulaciones. En este post te contamos la relación entre el frío y las molestias articulares, así como una serie de consejos que pueden aliviarlas.
¿Por qué el frío provoca malestar en los huesos, músculos y articulaciones?
En los meses de otoño e invierno la temperatura cae súbitamente por lo que los músculos se contraen debido al frío y presionan las articulaciones. Esta presión es la que causa que las articulaciones se vuelvan más rígidas y, por tanto, causen molestias como entumecimiento o incomodidad. Este tipo de molestias es probable que se agudicen o sean más notorias en personas que previamente han tenido algún golpe que afecte al sistema musculoesquelético.
Mantener nuestro cuerpo caliente y con una temperatura estable, puede favorecer el alivio de estas molestias.
¿Cómo afecta la humedad y los cambios de tiempo a las articulaciones?
Como hemos visto, los cambios de temperatura, sobre todo los descensos bruscos, no favorecen la actividad normal de huesos y articulaciones. Estos se vuelven más rígidos debido a las contracciones que sufren los músculos, más aún en aquellas partes del cuerpo que no cubrimos completamente, por ejemplo, las manos y el cuello.
El frío puede provocar un aumento de la viscosidad del líquido sinovial, que se encarga de lubricar los cartílagos; como consecuencia, hay una mayor fricción y rigidez, que genera una disminución de la flexibilidad de la articulación afectando al hueso.
La presión atmosférica
La Sociedad Española de Reumatología también advierte de que el frío, la lluvia y el cambio de la presión atmosférica son factores que influyen en la intensidad de las molestias en huesos y articulaciones.
Aliviar las molestias de huesos y articulaciones
Según la Fundación Internacional de la Artrosis (OAFI), las molestias articulares se dan tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, el 73% de las mujeres presentan este tipo de molestias articulares después de los 35, mientras que en los hombres solo se da en un 63%. Las principales partes del cuerpo que pueden verse afectadas son las rodillas, muñecas, tobillos, manos y cuello.
¿Qué ingredientes nutricionales usar en huesos y articulaciones?
Una dieta equilibrada, la práctica de actividad física habitual y el mantenimiento de unos hábitos saludables son tres buenos aliados que favorecen que tus huesos y articulaciones estén en forma. La alimentación balanceada puede ser complementada con ingredientes activos con efectos positivos en la flexibilidad y movilidad de articulaciones y huesos.
El principal motor del buen funcionamiento de nuestros huesos y articulaciones son principalmente el calcio y las proteínas, por lo que una dieta con alto contenido en estos nutrientes es clave cuando nuestro cuerpo presenta molestias de este tipo. Otros principios activos con efectos positivos en nuestros huesos y músculos son el colágeno, el ácido hialurónico, y el magnesio, presente en los alimentos.
La condroitina y la D-Glucosamina también son beneficiosos, puesto que tienen un papel clave en los tejidos como el cartílago, favoreciendo la flexibilidad y la movilidad.
Hay otros principios activos que también se emplean habitualmente por su utilidad en el equilibrio del sistema osteoarticular como el lúpulo, la cúrcuma, la ortiga y el harpagofito.
En ocasiones complementar la alimentación puede ayudar a ciertas afecciones musculares u objetivos deportivos, siempre con una buena orientación profesional y elección de la adecuada combinación de principios activos que sean capaces de nutrir correctamente las articulaciones.
Recomendaciones frente a molestias articulares ocasionadas por el frío
Además de vigilar nuestra dieta e incluir los ingredientes que hemos mencionado, podemos incorporar una serie de hábitos que nos ayudarán a aminorar la aparición de molestias en huesos y articulaciones, especialmente durante los cambios de estación y épocas de frío.
Tres pilares básicos: alimentación equilibrada, descanso y ejercicio
Cuidar las horas de descanso y sueño es fundamental, tratando siempre de acostarnos y levantarnos a la misma hora con 7-8 horas de descanso, así como adecuar la habitación y mantenerla a una temperatura estable y cálida durante toda la noche consiguiendo no despertarnos.
Mantenernos activos y realizar ejercicio físico de forma regular será beneficioso para la movilidad y buen estado de tus huesos y articulaciones, pero también para favorecer el descanso nocturno y, en general, tener una buena forma física. Lo ideal es combinar ejercicios de fuerza que fortalezcan los músculos, junto con otros de resistencia o aeróbicos, que pueden ser de bajo impacto, como caminar o nadar, o bien de alto impacto, como correr.
Es de vital importancia cuidar la postura y no estar largos periodos de pie o sentados de cara a favorecer la movilidad de las articulaciones y disminuir las posibilidades de la aparición de molestias por posibles hábitos posturales inadecuados. Ejercicios como el pilates o el yoga nos pueden ayudar en esto.
Especialmente durante el cambio de estación al otoño e invierno es recomendable abrigarse bien y evitar los cambios bruscos de temperatura, así como aplicar calor local si presentamos alguna molestia articular, y también intentar mantenerse activo y continuar ejercitándose a pesar del clima.
Realizar masajes con aceites vegetales para el bienestar de las articulaciones
Los masajes se pueden convertir en tus aliados en el bienestar de músculos, huesos y articulaciones en las zonas más afectadas. También son de utilidad especialmente en épocas de frío, ya que los masajes activan la circulación sanguínea, favorecen la relajación de los músculos y los niveles de tensión.
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Está indicado en la preparación y en la recuperación de músculos y ligamentos que puede aminorar la aparición de lesiones debidas al ejercicio cotidiano o a un esfuerzo físico intenso.