Fascitis Plantar: qué es y cómo aliviar las molestias
Publicado: 3 junio, 2024 | 8'
La fascitis plantar es una de las afecciones más comunes del pie y puede presentarse debido a varias causas, normalmente relacionadas con el estilo de vida y la actividad física. El 80% de las personas que acuden a un profesional por molestias en la zona del talón son diagnosticadas con fascitis plantar.6 Afortunadamente, se trata de una afección normalmente pasajera y que puede mejorar con el tratamiento adecuado en unas semanas.
Para explicar esta afección tan común, especialmente en deportistas, y cómo aliviar los síntomas de la fascitis plantar, contamos con el doctor José Luis Castilla, especialista en medicina física y rehabilitación.
¿Qué es la fascitis plantar y por qué se produce?
“La característica principal distintiva de la fascitis plantar es el dolor de intensidad variable que aparece en la fascia plantar como consecuencia de la inflamación de la misma”, informa el doctor, “la fascia plantar es una banda de tejido conectivo que se extiende desde la parte inferior del calcáneo, hueso situado en la parte posterior del pie, hasta la base de los dedos”. Esta banda es fundamental para las funciones básicas del pie como andar, correr o dar impulso, puesto que sostiene el arco del pie y absorbe el impacto al realizar estas actividades.
Cuando la fascia está sometida a una excesiva tensión durante un período prolongado de tiempo, puede darse como consecuencia un crecimiento excesivo y anómalo del tejido óseo del hueso calcáneo, dando lugar a una calcificación que es denominada espolón.
Causas de la fascitis plantar
La fascitis plantar puede deberse a varios factores, relacionados bien con el estilo de vida o por causas intrínsecas y propias de la persona en cuestión, veamos algunas de ellas:
- Pie plano o cavo: Los pies planos, cavos o aquellos que tienen un patrón fuera de lo común al caminar, pueden afectar a la pisada y la forma en la que se distribuye el peso al estar de pie, originando más tensión en la fascia plantar y, por tanto que aumente el riesgo de molestias.
- Sobrepeso u obesidad: El exceso de peso ejerce una mayor presión sobre la fascia plantar.
- Ejercicios que ejerzan presión en el talón como correr o saltar habitualmente pueden contribuir a su aparición.
- Estar de pie o sentado durante mucho tiempo de forma habitual: Profesiones en las que debes mantenerte de pie o caminar sobre superficies duras durante varias horas pueden ser un factor de riesgo para la fascitis plantar. También puede ocurrir, al contrario, en personas que lleven un estilo de vida sedentario.
- El tipo de calzado: Zapatos con suelas muy rígidas, con poco soporte como los zapatos de tacón o sandalias en verano, así como un mal ajuste de ellos, pueden afectar al desarrollo de la fascitis plantar.
- Edad: aunque no es un factor muy determinante, la fascitis plantar es más común en personas entre 40 y 60 años.
Síntomas de la fascitis plantar
El síntoma más común es el dolor intenso en la parte inferior del talón y arco plantar, pero también puede extenderse hacia la planta del pie o sentir ardor e inflamación en esta zona.
¿Cuándo se presentan los síntomas?
En algunas situaciones, el dolor asociado a la fascitis plantar puede aparecer de forma lenta y gradual o bien repentinamente tras una actividad intensa y persistir hasta su tratamiento.
Normalmente el dolor empeora en las siguientes ocasiones:
- Por la mañana al levantarse y dar los primeros pasos.
- Al subir escaleras.
- Después de estar sentado o parado durante largo rato.
- Al terminar una actividad física intensa.
- Al caminar larga distancia, correr o saltar.
Cómo se diagnostica la fascitis plantar
Si te identificas con las situaciones que hemos mencionado anteriormente, es recomendable acudir a un profesional facultativo que determine y confirme que se trata de fascitis plantar para poder llevar a cabo las pautas recomendadas para su mejora, descartando así otras posibles causas de mayor relevancia.
Este será quien lleve a cabo normalmente en primer lugar un examen físico de la zona del pie donde la fascia plantar entra en el calcáneo, teniendo en cuenta si presenta alguna condición previa como pies planos o cavos que puedan suponer un mayor riesgo de desarrollo de la fascitis plantar. En la medida en la que el paciente presente sensibilidad a la palpación, se podrá determinar el origen de la molestia.
“También es importante determinar e identificar si aparece enrojecimiento o hinchazón y también si existe rigidez o tensión en el arco inferior del pie y/o en el tendón de Aquiles para determinar si se trata de fascitis plantar”, prosigue el doctor Castilla.
En ocasiones, se requiere de una radiografía para descartar otros problemas como la presencia de un espolón en el talón, aunque esta condición no es determinante para la fascitis plantar y no necesariamente presenta complicaciones ni confirman esta afección.
Como pruebas complementarias, si el facultativo sospecha en el examen físico del pie que pueda haber un desgarro en la fascia, también puede solicitar otras pruebas diagnósticas como una ecografía y, si esta no es concluyente, resonancia magnética.
Debido a que las causas de la fascitis plantar son diversas y algunas dependen directamente del propio individuo, es importante realizar un estudio exhaustivo de la pisada, así como implantar una rutina de estiramientos y ejercicios que fortalezcan los músculos implicados en la condición y ayudar a reducir la intensidad de las molestias.
“Un estudio de la pisada juega un papel fundamental tanto en el diagnóstico como en la prevención de la fascitis plantar, así como de otras posibles dolencias del tren inferior”, confirma el doctor Castilla, “ya que nos ayudará a detectar alteraciones que pueden desencadenar en esta dolencia u otras antes a tiempo y evitar su aparición”.
Tratamientos de la fascitis plantar
Para un correcto seguimiento de la fascitis plantar, lo ideal es abordarlo de forma multidisciplinar con seguimiento médico y fisioterapia, incluso en ocasiones requiere la atención de podólogos, dependiendo de su origen.
Suele requerir varias semanas hasta que mejoren los síntomas, y no requiere intervención quirúrgica, sino seguir las pautas indicadas por los profesionales facultativos tanto en consulta como en el estilo de vida. Como indica el doctor Castilla, “en este tipo de afección, el paciente debe tener un papel activo y seguir las indicaciones que les indique su médico o fisioterapeuta como estiramientos, masajes o ejercicios específicos”.
Tratamiento convencional
Una vez realizado el diagnóstico por parte de un profesional sanitario, se recomendará al paciente que adquiera una serie de pautas en su día a día para facilitar la mejoría como los que planteamos a continuación, además del seguimiento continuo a nivel profesional.
No existe un tiempo determinado para el tratamiento de la fascitis plantar, puesto que depende de varios factores y, por supuesto, cada caso debe verse de forma individualizada, aunque lo normal es que sea un proceso que se alargue varias semanas y se trabaje de forma conjunta y constante entre el paciente y los profesionales.
Recuperación: estiramientos y masajes para la fascitis plantar
Una correcta recuperación de la fascitis plantar, “estará principalmente orientada a reducir las molestias en la zona del pie a través de estiramientos, masajes y pautas en el estilo de vida”, explica el doctor, “si fuera preciso por la intensidad del dolor, se puede utilizar medicación oral analgésica y antiinflamatorios. En los casos refractarios al tratamiento conservador se puede intentar el tratamiento con infiltraciones”.
Como primer punto a tener en cuenta, es importante guardar reposo en la medida de lo posible y reducir las actividades que provoquen una mayor intensidad de las molestias, especialmente las que impliquen un impacto en la planta del pie como saltar o correr. Además, el doctor Castilla indica que “existen estiramientos y masajes que el propio paciente puede realizar en casa para mejorar la fascitis plantar” y propone los siguientes:
- Estiramientos suaves y regulares de la planta del pie y los músculos cercanos ayudándonos de una pared o una toalla. En primer lugar, estirar la planta del pie y ejerciendo presión sobre los dedos del pie y, después, ejercer presión en la flexión dorsal del pie para notar la tensión en la parte posterior de la pierna.
- Rodar una botella de agua congelada con el pie durante unos 15 o 20 minutos varias veces al día con movimientos hacia delante y hacia atrás. El frío ayuda a reducir las molestias.
- Masajear el pie cada día de forma diaria desde el talón hasta los dedos con la ayuda de un aceite como Artohelp Masaje Deportivo, con extractos de Árnica y Harpagofito, de gran utilidad en la recuperación de músculos, articulaciones y ligamentos.
Además, realizar ejercicios de fortalecimiento de los músculos del pie y la pantorrilla guiados por un profesional o fisioterapeuta puede ayudar a estabilizar el arco plantar o corregir posibles alteraciones posturales y reducir la posibilidad de una recurrencia de la fascitis plantar.
Alimentación y suplementación
Junto con las pautas de ejercicios, estiramientos y masajes, la alimentación juega un papel clave en la salud del sistema osteoarticular. A medida que envejecemos se reduce de forma progresiva la producción de nutrientes como el Colágeno, el Ácido Hialurónico, la Condroitina y la Glucosamina, que están presentes de forma natural en nuestros tejidos conectivos como tendones y ligamentos.
Estos compuestos se pueden encontrar en alimentos como el pescado. La dieta puede ser complementada con suplementos alimenticios cuya fórmula incluya estos ingredientes.
Contenido elaborado con la colaboración del doctor José Luis Castilla. Este artículo es informativo y no sustituye la consulta de un especialista.
Sobre el especialista
Cuenta con más de 20 años de experiencia en medicina, y en las áreas de rehabilitación y traumatología. Actualmente ejerce como especialista de Medicina Física y Rehabilitación en el Servicio Andaluz de Salud, y además es director Médico en Centro Médico Dharma.