Día Mundial de la Salud: nuestro cuidado, es tarea de todos
Publicado: 6 abril, 2020 - Actualizado: 13 abril, 2022 | 4'
Desde hace ya 70 años, el día 7 de abril es sinónimo de salud. Así quedó definido por la Primera Asamblea Mundial de la Salud, en el año 1948, y así es como hoy en día se conoce.
Por qué se celebra el Día Mundial de la Salud
El motivo de su elección no fue otro que la necesidad de establecer en el calendario una fecha específica para celebrar el ‘Día Mundial de la Salud’, que conmemorase la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Su objetivo es hacer hincapié en la necesidad de otorgar la importancia que se merece a algo tan básico e imprescindible como el mantenimiento de una salud pública óptima.
Origen del Día Mundial de la Salud
El 7 de abril de 1950 fue su pistoletazo de salida y, desde entonces, se entiende como un auténtico día festivo, en el que poder compartir y aprender de la mano de profesionales del sector.
Cómo se celebra el Día Mundial de la Salud
Año tras año desde su establecimiento, las celebraciones de este día se centran en concienciar a todo el mundo de la necesidad de mantener y desarrollar hábitos de vida saludables, que nos permitan estar sanos, y también concienciar sobre las enfermedades y su repercusión en todo el mundo.
El Día Mundial de la Salud es, por tanto, un día en el que todo gira en torno a la salud de las personas y a la sanidad. Este día se insta tanto a gobiernos como a organizaciones y empresas a invertir en el cuidado de la salud de todos.
A nivel mundial se realizan durante este día numerosas actividades de concienciación como charlas, talleres y, en general, campañas de difusión informativas promovidas desde la Organización Mundial de la Salud. En los últimos años, la OMS ha hecho hincapié en la promoción de la salud en centros educativos, hospitales, centros de salud e instituciones para informar a la población sobre temas relacionados con la salud pública y hábitos saludables para el día a día.
Día Mundial de la Salud 2022
Debemos poner especial atención no solo a ser conscientes y responsables de nuestra propia salud, sino también a cuidar de la de todos los que se encuentran a nuestro alrededor.
Es importante seguir unos hábitos saludables en nuestra rutina diaria, independientemente de los factores externos, que puedan ayudar a mejorar nuestra calidad de vida.
Hábitos saludables para una mejor calidad de vida
Incorporar a nuestra rutina diaria ciertas costumbres saludables, relacionadas no solo con la alimentación, sino también con la consecución de otros hábitos beneficiosos para la salud, puede ayudarnos a desarrollar una mejor calidad de vida.
- Extremar la higiene diaria. Además de prestar atención a nuestro sistema inmune, que es el encargado de defendernos de agentes extraños nocivos como virus y bacterias, es necesario hacer hincapié en desarrollar unos hábitos de higiene adecuados, como lavarse muy bien las manos y los dientes.
- Mantener una dieta sana y equilibrada. El aporte de nutrientes, vitaminas y minerales necesarios para el buen funcionamiento del organismo es imprescindible para el desarrollo de una calidad de vida óptima. Limitar el consumo de grasas saturadas, alimentos ultraprocesados, el exceso de azúcar y la bollería industrial, entre otros, contribuye a reducir la incidencia de enfermedades graves para nuestra salud, como las cardiovasculares.
Además, en ciertas situaciones extraordinarias podemos complementar la rutina alimentaria con la ingesta de suplementos nutricionales, para suministrar al organismo un aporte extra de vitaminas y minerales. - Dormir las horas necesarias. Descansar un mínimo de 8 horas diarias resulta primordial para cargar el cuerpo de vitalidad y energía. Además, es recomendable que sea en un lugar sin ruidos y bien ventilado, para que el sueño se lleve a cabo sin ningún tipo de alteración. Asimismo, cenar ligero y, como mínimo, dos horas antes de acostarse también ayuda a conciliar mejor el sueño.
- Hidratarse bien. Mantenernos hidratados es fundamental, comenzando por ser consistentes en el hábito de beber agua con frecuencia. Se recomienda beber unos 2 litros de agua al día. Teniendo en cuenta que el cuerpo humano se compone de más de un 70% de agua, la falta de hidratación podría ocasionar desequilibrios para nuestra salud.
- Ejercitar la mente y el cuerpo. Según la Organización Mundial de la Salud, lo recomendable para mantener nuestro organismo a punto y cargado de energía es realizar, al menos, 150 minutos de actividad física a la semana en adultos. Un hábito con el que se pretende huir del sedentarismo y que, además, ayuda a reducir el estrés. Asimismo, manteniendo viva y ejercitada nuestra mente, por ejemplo con la lectura, juegos de memoria y ejercicios de concentración, conseguiremos un mejor estado cognitivo.
- Disfrutar del ocio y tiempo libre. Dedicarle tiempo a lo que más nos gusta puede ser de gran beneficio para nuestra salud por diversos motivos: ayuda a reducir los niveles de estrés, a mejorar nuestras relaciones sociales y, también, a mantener el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico.
