Cistitis y deporte, cómo afectan las infecciones urinarias al ejercicio físico
Publicado: 4 mayo, 2022 - Actualizado: 11 julio, 2023 | 6'
La cistitis es una infección muy común, manifestándose principalmente en mujeres sin enfermedades de base y sin anomalías funcionales o estructurales del tracto urinario. Se calcula que entre el 50 y el 60% de las mujeres adultas tendrá al menos un episodio de infecciones del tracto urinario en su vida.
En mujeres, E. coli causa entre el 80 y el 85% de los episodios de cistitis aguda no complicada1. En hombres adultos la incidencia es mucho menor que en mujeres y se estima anualmente en 5-8/10.000 varones de menos de 65 años1.
Algunos de los factores de riesgo de la cistitis son: el número de relaciones sexuales, las infecciones previas, los antecedentes familiares, la utilización de espermicidas, la administración reciente de antibióticos, la diabetes, la incontinencia urinaria, la presencia de cistocele, entre otros.
¿Puedo tener infección de orina o cistitis por practicar algunos deportes?
Recientes investigaciones han estudiado el efecto que puede tener el ejercicio intenso y prolongado en el desarrollo de infecciones oportunistas, especialmente dentro del tracto urinario. Esto es debido a un cambio en la función renal que modifica el contenido de proteínas en orina, así como una reducción del volumen de liquido que pasa por el riñón.8
Se ha observado que los atletas tienen una mayor incidencia de proteínas de la orina (proteinuria) causada por el ejercicio intenso y prolongado.8
Así, los atletas de alto rendimiento son un grupo de riesgo para desarrollar incontinencia urinaria (IU), definida como la pérdida involuntaria de orina.
Esto se debe al desequilibrio de fuerzas en el abdomen y la pelvis, que podría provocar una alteración de la disposición anatómica de la vejiga y la uretra.
Es decir, cuando la presión en el interior del abdomen aumenta debido al esfuerzo, se transmite a la vejiga haciendo que la presión dentro de la vejiga sea mayor que en la uretra, lo cual lleva a un desarreglo de la micción y al consecuente riesgo de una infección de orina.10
La incontinencia urinaria es de dos a cuatro veces más frecuente en las mujeres deportistas que en los hombres, hasta el punto de que su prevalencia se sitúa entre el 20% y el 40% y su incidencia anual en España, se sitúa en torno al 23%.
Además de la incontinencia urinaria, hay otros factores que pueden propiciar un “caldo de cultivo” para las bacterias uropatógenas y que, por tanto, pueden desencadenar en una cistitis.8 Estos son la acidosis láctica (que varía el pH de la orina) que se genera en condiciones anaeróbicas y la deshidratación como consecuencia del ejercicio.
Deportes que pueden desarrollar incontinencia urinaria en mujeres
Un estudio observacional11 del año 2021 en mujeres atletas determinó que hay una mayor prevalencia de incontinencia urinaria entre las mujeres atletas frente a las no atletas. En concreto, del 28-29,6% frente al 9,8-13,4% en no atletas.
Adicionalmente se registró mayor prevalencia de incontinencia urinaria (un 67%) en el grupo de mujeres que practicaban deportes de alto impacto (gimnasia, ballet, atletismo de salto, judo, fútbol, baloncesto, etc.)
En los deportes de impacto moderado (esquí de fondo, hockey sobre hierba, tenis, bádminton y béisbol) la prevalencia era del 50%, mientras que en los deportes de bajo impacto (deportes no competitivos, golf, natación, atletismo de carrera y atletismo de lanzamiento)11 era del 36%.
Ciclistas, nadadores y corredores, ¿son más proclives a tener infecciones urinarias?
Comúnmente se piensa que ciertos deportistas son más propensos que otros a sufrir infecciones del tracto urinario. El ciclismo, la natación o la carrera son un ejemplo de este tipo de actividad física, pero ¿es un mito o una realidad?
Precisamente un estudio reciente2 incluyó a 3932 hombres clasificados en dos grupos, ciclistas (de baja y alta intensidad) y nadadores/corredores, para evaluar la relación del ciclismo con la función urinaria y sexual, frente a las otras prácticas deportivas.
Esto se efectuó mediante diferentes cuestionarios, que registraban las infecciones de tracto urinario, la estenosis uretral, la función sexual y prostática, el entumecimiento genital y las úlceras de decúbito.
Los resultados indicaron que los ciclistas no presentaron diferencias en las funciones sexuales o urinarias comparado con los nadadores/corredores. Sin embargo, los ciclistas sí son más propensos al estrechamiento del conducto urinario (estenosis uretral), lo que puede ser un riesgo para infecciones urinarias.
Cabe resaltar que un mayor tiempo de pie durante la práctica del ciclismo y una mayor altura del manillar se asociaron a una menor aparición de úlceras genitales y entumecimiento2.
Baloncesto e infecciones urinarias
Otro de los deportes sobre el que conocemos datos del riesgo de infección urinaria es el baloncesto. Un estudio realizado con jugadores de baloncesto durante 1 mes de entrenamiento y 3 meses de temporada mostró que durante el primer mes un 69% había tenido variación del pH (más alcalino), mientras que un 33% presentaron bacterias en la orina y un 23% experimentaron proteinuria (mayor incidencia de proteínas de la orina).
Los resultados obtenidos en estos atletas pueden ser orientativos de las medidas a tomar para la prevención de infecciones urinarias y el tratamiento oportuno y específico, y así salvaguardar la salud del deportista y mejorar su rendimiento físico.8
¿Puedo hacer deporte si tengo cistitis?
La recomendación es no participar en competencias deportivas hasta que los atletas no tengan fiebre, se encuentren bien hidratados y no presenten sintomatología urinaria.
Si se trata de una infección de orina no complicada, y se ha iniciado el tratamiento al comienzo de los síntomas, no debería suponer ninguna dificultad para poder entrenar con normalidad.
Los casos más graves requieren que los atletas hayan completado su tratamiento y pueden justificar un regreso gradual a la participación deportiva debido hay que acondicionar nuevamente el cuerpo.7
Recomendaciones generales para hacer deporte si tengo cistitis
Ante una infección de orina como la cistitis, lo primero es instaurar el tratamiento los más pronto posible con los objetivos de mejorar las defensas del cuerpo, el flujo de orina, ajustar el pH en la orina y evitar la adherencia bacteriana al endotelio de la vejiga.
Hidratación
Es fundamental ingerir grandes cantidades de líquidos (2 litros o más al día), y tener una buena higiene íntima9 y de la ropa interior.
Ropa deportiva
En el caso de los deportistas, es importante prestar atención a la ropa de deporte ajustada, como maillots, y a bañadores húmedos o trajes de neopreno en el caso de deportes acuáticos.
Dieta y cistitis
Con relación a la dieta y considerando que las bacterias que causan las cistitis provienen en general del tracto gastrointestinal, es recomendable reducir el consumo de los azúcares, los carbohidratos refinados, restringir las calorías, evitar los lácteos, café, té, refrescos, alcohol y alérgenos como el gluten.
En cambio, se recomienda consumir yogur no azucarado con probióticos vivos y cantidades abundantes de ajo y cebolla9.
Existen otros alimentos que también favorecen una buena salud urinaria:
Arándano rojo
Debido a su contenido de proantocianidinas A, a este tipo de arándanos reduce la adhesión de las bacterias a las paredes de la vejiga y, por tanto, es más probable que las bacterias sean eliminadas durante la micción.
Probióticos
Son bacterias beneficiosas del tipo lactobacilos que producen moléculas antibacterianas, como la bacteriocina y el peróxido de hidrógeno, además de reducir la adhesión bacteriana al uroepitelio. Los probióticos se encuentran en abundancia en el yogur natural, el kéfir, el chucrut, la soja fermentada, en los encurtidos, en la kombucha, etc.
Enebro
Esta especia, que además también puede ingerirse en infusión, muestra notables actividades antimicrobianas, así como propiedades diuréticas en el tracto urinario, debido a los terpenoides presentes en hojas y bayas.
Cola de Caballo
Es una de las hierbas medicinales más antiguas y famosas, cuyo nombre científico es Equisetum arvense. Sus infusiones cargadas de compuestos fenólicos son los responsables de sus actividades antimicrobianas contra patógenos del tracto urinario, como la Escherichia coli.