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El desayuno, la mejor forma de empezar el día

El desayuno, la mejor forma de empezar el día

Publicado: 15 junio, 2015 - Actualizado: 23 septiembre, 2020 | 3'

Desayunar es cuidar nuestra alimentación para proteger nuestra salud, evitando enfermedades y gratificándonos. Muchas personas omiten el desayuno; cualquiera de éstas puede ser la excusa de quienes no acostumbran desayunar: "No me da tiempo", "Más tarde como algo", "No puedo ver comida tan temprano en la mañana", "quiero bajar de peso"... Todos los que así se expresan no han comprendido aún la importancia del desayuno para tener y mantener una buena salud.

Es cierto que pasar por alto la primera comida del día no implica caer desmayado al instante, pues el cuerpo utiliza las reservas de nutrientes como fuente de energía, pero esto conduce a cambios metabólicos que pueden perjudicar la función normal del organismo; por otra parte, el que pretenda bajar de peso omitiendo el desayuno está en un error, ya que está demostrado que saltarse cualquiera de las comidas sólo trae como consecuencia llegar más hambriento a la siguiente, devorando entonces todo lo que encuentre sin acordarse de la dieta. Ninguna de estas excusas son válidas.

¿QUE NOS APORTA NUESTRO DESAYUNO?

El primer alimento del día ha sido señalado en las últimas décadas como la manera más saludable de comenzar la jornada. El desayuno, en especial cuando es bajo en grasa y rico en carbohidratos, mejora el rendimiento mental de niños, jóvenes y adultos.

La glucosa que ingerimos, inmediatamente después de ingresada al organismo, colabora, entre otras cosas, con el buen funcionamiento cerebral. La obtenemos de la sacarosa, más conocida como azúcar de mesa o de la metabolización de los hidratos de carbono que poseen los alimentos.

Más energía.
Sin un buen desayuno somos más propensos a sentirnos fatigados y sin energía a media mañana y a sentir la urgencia de comer algo dulce o graso. Normalmente estos antojitos añaden calorías y gramos de grasa sin proporcionarnos nutrientes valiosos. Nos engordan sin alimentarnos. Si tomamos un buen desayuno estamos disminuyendo las posibilidades de los ataques de hambre. Esto nos ayuda a no sabotear nuestra dieta.

Mente ágil.
En Estados Unidos hay varios estudios que demuestran que los niños que no comen desayuno no obtienen los mismos resultados de los niños que comen un buen desayuno. Aunque los estudios son con niños los resultados pueden ser generales. El desayuno nos da energía en el momento que más lo necesitamos. Provee nutrientes valiosos para tareas físicas e intelectuales. Nuestra mente no trabaja bien sin tener los nutrientes que necesita y la productividad baja.

Metabolismo rápido.
Al esquivar el desayuno o no comer apropiadamente estamos haciendo nuestro metabolismo mas lento, porque nuestro cuerpo “piensa” que tiene que ahorrar calorías para el resto del día.

EL DESAYUNO COMPLETO

Un desayuno nutritivo debe incluir todos los grupos alimenticios y como en todas nuestras comidas la mayoría de las calorías deben provenir de los carbohidratos complejos. Los carbohidratos complejos incluyen: pan integral, cereal entero, frutas y granos.

Las frutas son recomendables, porque vehiculizan nutrientes de gran valor, como la vitamina C, fósforo, potasio, hierro, fructosa y fibra.

Los cereales (trigo, arroz integral, copos de avena, maíz, centeno, cebada, mijo, y el muesli como conjunto de ellos...) constituyen un alimento altamente energético compuesto básicamente por hidratos de carbono en cuya composición entran la mayor parte de los aminoácidos esenciales. Además contienen una cantidad de fibra, minerales y vitaminas que ayudan a cubrir nuestras necesidades nutricionales.

Además, se puede incluir a nuestro desayuno algo de proteína. En este

grupo están los huevos, la leche, queso, las carnes y derivados de la soja. Hay que tener cuidado si se desea perder peso de no consumir mucha grasa en este grupo, para esto podemos seleccionar las opciones sin grasa o bajas en grasa de la leche, los quesos y las carnes. La proteína es

muy importante porque nos da la sensación de llenura por varias horas.

Un buen desayuno podría consistir en:

  • 1 yogur o un lácteo descremado o de soja.
  • Pan de salvado o integral con aceite de oliva o cereales integrales.
  • Un jugo de naranja recién exprimido o una fruta.

Sugerencia: Puedes agregar al yogur o taza de cereales una cucharada de germen de trigo y otra de levadura de cerveza en escamas.

Recuerda: un buen desayuno es el comienzo de un buen día con mucha energía. Es también el comienzo de un día en el que alimentaremos nuestro cuerpo con nutrientes valiosos y nos mantendremos saludables y en forma. Si despertamos apurados, sin dar importancia al desayuno, día tras día el cuerpo lo sentirá y a la larga, según cuidemos de nuestro cuerpo, tendremos la factura en el futuro. Si le cuidamos mal, tendremos malos resultados, o sea, una mala salud y si le cuidamos bien, disfrutaremos lo más probablemente de una buena salud.



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